domingo, 23 de enero de 2022

EL TENISTA

 (Publicado ayer en prensa)




El puritanismo moderno ha sabido adoptar muchos disfraces, incluido el del progresismo. Por motivos morales o ideológicos –en el caso de que ambos no sean casi lo mismo-, tendemos a darnos el gusto de censurar sin matices, en parte por la falta de conocimiento de esos matices, de modo que solemos disparar a bulto, que es la modalidad más cómoda del disparo después de la de disparar al aire.

         En medio del revuelo mediático formado en torno a Djokovic gracias al propio Djokovic, la directora de un periódico digital se indignó con un tertuliano televisivo que elogió los méritos tenísticos del jugador serbio: “¡No se puede ensalzar a ese individuo!”, de lo que cabría deducir que la militancia de Djokovic en el pintoresco y variopinto bando de los antivacunas convierte al actual número 1 del mundo en un deportista que sólo merece la condena y el ninguneo por parte de la sociedad civilizada y vacunada.

         Creo, no sé, que debería inquietarnos el hecho de que un vacunólogo eminente se negara a vacunarse por desconfianza en las vacunas, pero me temo que el negacionismo vacunal de un tenista –cuyos conocimientos científicos no suelen ir más allá de los relacionados con los dolores musculares- hay que encuadrarlo en el mismo ámbito intelectual que los principios politológicos de un individuo que se pone un gorro con cuernos de bisonte y asalta el Capitolio estadounidense, pongamos por caso.

         Djokovic es un tenista prodigioso, lo que no quita que tenga repentes de botarate, tanto dentro como fuera de la pista. Gracias a lo primero, está deportivamente donde está; por culpa de lo segundo, está ahora en su casa en vez de estar defendiendo el título de campeón en Melbourne. No es raro que, en mitad de un partido, ese cable pelado que parece tener dentro de la cabeza haga un mal contacto y le provoque un arrebato de furia, más propio de un jugador adolescente que de un ganador de 86 títulos individuales, pero predomina en él la deportividad, el respeto al contrario, y es uno de los pocos jugadores del circuito que tienen un buen perder, aunque es algo que no puede exhibir a menudo, porque no pierde casi nunca. Incluso tiene sus inclinaciones espirituales: aparte de practicar el cristianismo ortodoxo, durante un tiempo contrató los servicios de un gurú, de nombre Pepe Imaz y riojano de nacimiento, que se dedica a advertir al mundo del peligro de los anunnakis, de los iluminati y de los reptilianos, y creo que con eso está dicho casi todo.

Minusvalorando la autoridad de esos seres maléficos, que sin duda están detrás de los gobiernos y de la industria farmacéutica, Djokovic, demasiado convencido de ser Djokovic, optó por retar a todo un país y, de paso, al sentido común. Perdió el partido en segunda ronda.

Como gesto desconcertante, o quizá no tanto, ha comprado el 80% de una empresa danesa que desarrolla un medicamento contra el covid.

Algo es algo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno en la Supercopa de España en Arabia viajaron y jugaron 10 futbolistas que no se habían vacunado, algo que las leyes de Arabia prohíben, los futbolistas españoles aducen que cuando ellos juegan las mujeres pueden ir a ver el fútbol en los estadios . También la estrella de la NBA Irwing (testigo de Jehová) juega los partidos de los Nets fuera de Nueva York , ya que las leyes de los Estados no son iguales .
Djokovic mintió al aterrizar en Australia y eso es motivo de expulsión, luego las encuestas lo condenaron ya que hay elecciones pronto .
Djokovic no es antivacuna , simplemente ha pasado el virus dos veces , es joven y fuerte y no quiere arriesgar . Preocupa que miles de médicos y sanitarios ingleses se manifiesten en la puerta de Boris Johnson ya que no aceptan la obligatoriedad de la vacuna .
La vacuna esterilizante parece que no llega y esa es la solución, seguir vacunando una cuarta y quinta y sexta de aquí a un año veremos que efectos tiene , mientras tanto los estadios de fútbol se llenan de miles sin mascarilla y los botellones no paran ,y el número de muertos crece como la espuma . Al menos mientras podamos elegir sobre nuestro cuerpo y nuestro alma seremos libres , el miedo es libre y quien se vacuna lo hace por miedo , y el que no se vacuna también lo hace por miedo o por razones de conciencia , pero interesa haya personas no vacunados para que puedan probar la vacuna esterilizante o vacunas que mejoren lo presente , vivimos una guerra biológica no una casualidad. Personalmente me parece bien que expulsaran a Djokovic por mentiroso, el debió esperar su deportación en el aeropuerto sin hacerse el mártir en el hotel , pero ya veremos si lo que hizo al final es bueno para la humanidad y para que la industria farmacéutica ofrezca mejores defensas , siempre es bueno haya divergencias para que al menos pensemos y dejemos de creer lo que nos dicen que nos conviene