viernes, 24 de diciembre de 2021

 


"La lluvia es una cosa / que sin duda sucede en el pasado", según apreció Borges.

Aquí casi no nos acordábamos de la lluvia, pero desde hace un par de días llueve con ganas.

Y, de repente, revivo la sensación que tenía de niño al ponerme mis botas de agua de caucho negro y mi impermeable azul: la de sentirme como un superhéroe de tebeo, invulnerable al agua y la tormenta, el burlador de los zapatos mojados, el que cruzaba impunemente los charcos profundos y saltaba sobre ellos con el júbilo de quien vence a un dragón acuático.

Aquella lluvia que viene ahora del pasado que somos...


.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A las botas de agua se las conoce popularmente en el norte de España por Katiuska, las empezó a usar el duque de Wellintong hace más de 200 años y se llamaban welles, pero a raíz de la Zarzuela de Pablo Sorozabal Katiusca en 1930 , la protagonista Katiuska llevaba botas de agua y entonces nació la palabra Katiuska , es una palabra que aceptó la RAE y de las más bonitas del castellano, aunque muchos piensan que es una palabra del euskera . Si hubiéramos traducido Katiuska hablaríamos de Catalina , y llamar a unas botas catalalinas parece soez y hortera , pero el pueblo es sabio y las llamó katiuska