domingo, 11 de julio de 2021

SÍ PERO NO

 (Publicado ayer en prensa)


Visto lo visto, parece claro que los políticos entienden de este virus lo mismo que este virus entiende de política. Es decir, lo justo. Hemos comprobado que los gobernantes aciertan a controlar el virus cuando aplican medidas represivas, como también hemos comprobado que el virus se desmanda en cuanto esas medidas represivas dan paso al optimismo de apelar a la responsabilidad individual para contener la pandemia, en parte porque un individuo puede ser responsable, eso sin duda, pero un colectivo humano lo habitual es que esté medio loco.

         Se pretendió “salvar el verano”, lo que significaba un intento –y una esperanza- de salvar parte de la economía, pero hemos entrado en julio con una quinta ola de contagios gracias a la susodicha responsabilidad individual, que ha resultado ser tan peligrosa como el virus mismo. Hay quien culpa a los jóvenes de este nuevo repunte y hay quien los exculpa, exculpación que suele fundarse en el argumento de que son jóvenes y tienen la obligación  de comportarse como jóvenes. Un juicio dual, como si dijésemos: los inquisidores frente a los comprensivos. En cualquier caso, donde esté un dato que se quite una opinión: la tasa de incidencia entre los jóvenes se dispara por días, y dispara a su vez la de todo el país.

Ha oído uno que esta pandemia está robando a los jóvenes el disfrute de su juventud. Sin duda. Pero podría ponerse en la balanza, no sé, lo que esta pandemia ha robado a otros en las residencias de ancianos, donde a muchos no sólo se les ha escamoteado el disfrute de su vejez, sino también la vida.

Hemos visto a adolescentes reclamar libertad –esa abstracción tan de moda- desde los balcones del hotel en que fueron aislados durante unos días, y a sus progenitores mostrar en las televisiones su indignación por lo que consideraban un secuestro. Y vuelvo a lo mismo: unos ancianos pueden soportar un año de aislamiento absoluto, sin pisar la calle y sin ver a sus familiares, pero unos adolescentes no pueden estar en Mallorca sin disfrutar de un botellón: ellos han leído en profundidad a los poetas clásicos –carpe diem- y saben de sobra que la juventud es flor de un día.

         Estamos a 10 de julio y no sabemos cómo estaremos en agosto, lo que añade un factor de expectación a estos experimentos que los gobernantes se traen con nosotros y a estas alegres temeridades que nos traemos con nosotros mismos.

         Uno de los recursos balsámicos de nuestra mente consiste en negar una realidad cuando nos resulta indeseada o nos sobrepasa emocionalmente hasta el extremo de lo insoportable. Muchos parecen andar ahora en esa negación, y están en su derecho emocional, pero no desde luego en su derecho cívico. Los gobernantes saben de sobra -menos por revelación que por escarmiento- que la aplicación de unas medidas represivas son las únicas eficientes en estos casos, pero también saben que tienen un coste no sólo económico, sino también electoral. Y ahí andan, en esa disyuntiva. Un poco como lo del chiste: makumba o muerte.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Inolvidables declaraciones de una joven de 17 años de cuarentena en un hotel de Mallorca .Cariacontecida la joven cargada de razón dijo a la televisión a raíz de los escándalos nocturnos del hotel covid : como comprenderéis no hemos venido a Mallorca a estar en la cama . Me parece una frase digna de Groucho Marx ,
No tienen cabeza, pero andan listos para obligar a su padre a pagar sus andanzas , se considera al padre como un financiador , y si no los financias eres malo , lo que está pasando es el un gran fracaso de la sociedad española , creo que cada generación es menos lista y más floja que la anterior , el consumismo y las contaminaciones ayuda mucho en la degradación de la mente humana