lunes, 1 de febrero de 2016

La diferencia entre los aficionados al carnaval y los aficionados a la semana santa -aunque los hay que combinan- está en que los primeros se conforman con el presente fugaz y los segundos -más materialistas- tienen puesta la vista en un futuro eterno.

Ambos coinciden -eso sí- en la necesidad del disfraz como complemento ontológico.

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