viernes, 28 de junio de 2013

RESEÑA EN "LA RONDA DEL LIBRO"

(Y disculpen, por favor, el autobombo)

 

28 junio, 2013

UNA VOZ PARA MUCHAS VOCES

Cada cual y lo extraño.
Felipe Benítez Reyes.
Editorial Destino, Barcelona, 2013

 








Decir que un libro de Felipe Benítez Reyes es bueno no es decir mucho, todos los suyos lo son. Pero, en ocasiones, este es el calificativo rotundo que merecen los textos salidos de la mano de un maestro contemporáneo que ha sabido mantener intacta la esencia de un estilo propio, que ha ido puliendo a través de los años en cada nueva entrega. Es el caso de Cada cual y lo extraño, su última colección de relatos. El lector de Felipe Benítez Reyes encontrará en estos cuentos una voz madura que cada vez tiene más cosas que contar, con intensidad y con certeza. Sin alardes.

El libro se estructura como un almanaque. El paso del tiempo, las estaciones, ponen telón de fondo a las historias de una serie de personajes acechados por los caprichos insolentes del destino, de lo imprevisto. Hay  melancolía, pero no angustia, hay humor sin amargura, hay, sobre todo, buena literatura, esa que llega honda al lector y resuena, como un eco, en su propia historia.

Cada cual y lo extraño es, además, un libro muy personal. No sólo porque recoge un puñado de lo que podríamos llamar historias verdaderas. Quizás eso sea lo de menos. Es personal porque tiene una enorme capacidad para llegar al lector, lo refleja y lo amplifica para ayudarlo a vivir ese otro lado, inquietantemente posible, de su personal historia.

Cada cuento es diferente. No hay más hilo conductor que aquel que determina el azar que todo lo cambia. Porque en todos ellos hay un cambio, a veces tan extremo como la muerte, que marca la dicha o la desdicha de los protagonistas. Felipe Benítez Reyes pone voz propia a cada uno de ellos. Nos ayuda a escuchar la voz clara del joven que se sorprende ante la desnudez por primera vez contemplada, la del estudiante que se ve envuelto en un fraude sentimental, o las del hombre y la mujer que rumian sus desdichas en los camarotes y discotecas de un aterrador crucero…

Cada cual y lo extraño nos adentra a en un mundo donde las ilusiones, las alegrías y las desdichas resuenan alentadas por la mejor de las prosas. El lector puede disfrutar de estas historias. Pero hay más: una capacidad extraña de permanecer en el retropaladar de la conciencia. Pasen y disfruten.



Mº ÁNGELES ROBLES
Reseña exclusiva para LA RONDA DEL LIBRO
 
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jueves, 27 de junio de 2013

TRES FRASES

La falsa modestia nunca es del todo falsa: oculta, desde la vanidad, una duda vanidosa.



Las hortensias son el rococó del pobre.



La mediocridad no está reñida con el virtuosismo, y viceversa. 

martes, 25 de junio de 2013

OTRA ENTREVISTA (publicada en los periódicos del Grupo Vocento)



CULTURA

«LA VIDA ES FASCINANTE POR LA MISMA RAZÓN POR LA QUE ES PELIGROSA E IMPREVISIBLE»

24.06.13
MIGUEL SALVATIERRA | MADRID.












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El escritor gaditano vuelve a hacer gala en 'Cada cual y lo extraño' de un estilo brillante y una hondura sentimental que seducen el lector


Desde hace tiempo, Felipe Benítez Reyes está considerado como uno de los mejores escritores en castellano de la actualidad. Y no solo por los múltiples y variados premios recibidos (Nacional de Literatura, Loewe de poesía, Nadal de novela, Julio Camba de periodismo) sino porque estamos ante un escritor en el sentido más amplio y estricto de la palabra. Poesía, novela, ensayo, artículos de prensa, son algunos de los géneros en los que vuelca una escritura exquisita y depurada.

A ese lenguaje cuidado y personal hay que unir un agudo sentido del humor y una profunda humanidad que aportan a sus escritos una complicidad lúcida y nada autocomplaciente. Su último libro, 'Cada cual y lo extraño' (Ed. Destino), es una excelente ocasión para aquellos que no han tenido la oportunidad de degustar al autor gaditano y disfrutar de su prosa y de sus historias. Y que a los adictos a su escritura siempre sabrá a poco.

Se trata de doce relatos, uno por cada mes del año, que emocionan y divierten al lector y que le pueden llegar incluso a despertar alguna huella o recuerdo semioculto de su propia memoria. Los falsos Reyes Magos de Oriente (enero), la imagen de la primera mujer desnuda (febrero), unos carnavales tardíos y poco convencionales (marzo), el rumbo imprevisible de las fortunas (abril), el frustrado examen de química de un lector de tebeos de superhéroes (mayo), una noche simbólica de San Juan (junio), un crucero de complicaciones conyugales por el Báltico (julio), el primer amor adolescente en los cines (agosto), una mili con un brigada 'cultureta' (septiembre), pesadillas y ambientes familiares (octubre), una delirante función geriátrica del Tenorio (noviembre) y una inoportuna cena de empresa (diciembre).

Son relatos cortos, pero redondos y cargados de todo aquello que puede hacer maravillosa la vida, pero también decepcionante, caprichosa y cómica. En palabras de Benítez Reyes, «la vida resulta fascinante por la misma razón por la que resulta peligrosa: porque es imprevisible. Nos esforzamos en crear un parámetro de comportamiento, una guía para la estabilidad, una rutina armoniosa y, de repente, en cuestión de segundos, todo puede desbaratarse, para bien o para mal. Somos en esencia inestables».

En una primera apreciación y dada la sensación de autenticidad de lo narrado, puede parecer que en los relatos se ha servido de su propia biografía e incluso que puede haber algún ajuste de cuentas con una parte de su pasado. Sin embargo, el escritor lo niega: «Hay pocos elementos autobiográficos en lo que escribo. Puedo partir de alguna experiencia o de alguna sensación propias, pero mi meta es la ficción, no el testimonio personal. Busco la verosimilitud narrativa, no la veracidad biográfica».

PARADOJAS
 
En algunos relatos se percibe de forma muy viva el acelerado paso del tiempo y cómo va desgarrando nuestro propio entorno y vivencias. El resultado puede llegar a ser una tremenda paradoja: «A veces -considera Benítez Reyes- uno tiene la sensación, con respecto al tiempo, de que todo transcurre vertiginosamente. Otras veces, en cambio, todo parece inmovilizado por su propia inacción, como un mantra obsesivo, como una especie de secuencia detenida. Es lo que alguien me dijo una vez: 'Con lo corta que es la vida, hay días que parece que no van a acabarse nunca'».

En una conversación con Benítez Reyes no puede faltar una reflexión sobre la actualidad y este tiempo de crisis y transformaciones aceleradas: «Algo está cambiando, sin duda. Los síntomas no son tranquilizadores, pero ya veremos. Lo preocupante es que se malbarate de un plumazo un entramado cultural que ha llevado décadas poner en pie. Las manifestaciones culturales son frágiles. Son esenciales para la configuración de una sociedad, pero acaban siendo prescindibles cuando una sociedad empieza a descomponerse».

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lunes, 24 de junio de 2013

UNA ENTREVISTA



FELIPE BENÍTEZ REYES | ESCRITOR

«El afán de originalidad vale lo que vale, que casi nunca es mucho»

LA VOZ DE CÁDIZ / LA VOZ DIGITAL 24.06.13
ROCÍO VÁZQUEZ | CÁDIZ.

La crítica se deshace en elogios con la última obra del autor gaditano, el libro de relatos Cada cual y lo extraño



EN ENERO UN NIÑO DE NUEVE AÑOS ESPERA LA VISITA FRAUDULENTA DE LOS REYES MAGOS. EN MARZO, LOS CARNAVALES COMIENZAN CON RETRASO. ALREDEDOR DE LAS HOGUERAS DE SAN JUAN GIRA LA HISTORIA DE JUNIO. EL BRIGADA ROSADO NO DEJA DE HACERSE PREGUNTAS EN SEPTIEMBRE... EL ESCRITOR ROTEÑO FELIPE BENÍTEZ REYES HA CONFECCIONADO UN LIBRO-ALMANAQUE. DOCE MESES, DOCE RELATOS QUE COMPONEN CADA CUAL Y LO EXTRAÑO (DESTINO), SU ÚLTIMA OBRA QUE HACE UNOS DÍAS FUE PRESENTADA EN CÁDIZ.

-Dijo que lo próximo sería la novela que tenía pendiente ambientada en Cádiz, y nos sorprende con un libro de relatos.
-Es que mis novelas van muy lentas. Me queda mucha faena todavía. Voy por la página 130. Justo en la página 132 la acción se desplazará a Cádiz, que será el escenario hasta la página 250, más o menos. Como ve, por falta de cálculo que no quede.
-Ha publicado dos obras en muy corto espacio de tiempo, ¿casualidad? ¿Podría decirse que se encuentra en un periodo muy fértil de creatividad?
-Es más bien el resultado de una labor continuada. El libro de poemas me llevó siete años de escritura. El de relatos, por el estilo. A veces, por programación editorial, pueden coincidir dos libros y otras veces puedes pasarte varios años sin publicar nada nuevo. Azares.
-¿Cómo definiría el sentido del humor de 'Cada cual y lo extraño'?
-El sentido del humor, por sí solo, no me interesa como recurso literario. Es un medio, no una meta. Suelo utilizarlo como un factor de equilibrio. Para poder decir incluso cosas un tanto terribles sin que suenen a terribles y corran así el riesgo de caer en el patetismo, por ejemplo.
-'Cada cual y lo extraño' lo forman doce relatos, uno por cada mes del año. Esa estructura no debe ser casualidad.
-No, claro. Los libros de relatos suelen ser misceláneos, tanto en planteamiento como en resolución. Intenté buscar una estructura para el conjunto y se me ocurrió disponerlo como un almanaque de historias.
-¿Cuánto hay en ellos de autobiográfico, al menos en parte?
-No suelo ser muy autobiográfico. Parto a veces de experiencias propias para llegar a un punto opuesto, a un territorio ajeno. En la escritura de ficciones lo que vale a fin de cuentas es crear un espejismo de realidad, no una testificación sobre lo real.
-El de enero es sobre la niñez, un tema que ya ha abordado en otras ocasiones.
-La infancia es un territorio muy espinoso, plagado de trampas emocionales, y aún no dispones de unos parámetros de conciencia para interpretar no ya tu papel en el mundo, sino ni siquiera tu papel ante tí mismo. Eso es lo que me fascina: ese estado de perplejidad.
-También trata el tema de pareja, pero de parejas al borde de la separación, ¿le aburre cantarle al amor sin complicaciones?
-Es que, en literatura, los amores difíciles dan más juego que los amores felices, salvo que quieras escribir una novela rosa, claro está.
-En otra entrevista dijo que, antes que repetir fórmulas estilísticas, mejor callarse. ¿Cree que es quizá esa búsqueda de la originalidad el secreto de que 'Cada cual y lo extraño' esté recibiendo tan buenas críticas?
-El afán de originalidad vale lo que vale, que casi nunca es mucho. La originalidad tal vez no sea un propósito, sino una fatalidad. Lo idóneo sería ser siempre el mismo sin serlo del todo. No ser estrictamente nuevo, aunque sí invariablemente diferente. Tener un baúl lleno de máscaras que parecen idénticas pero que no lo son.
-¿Busca la excelencia o lo deja para otros?
-Esa búsqueda me temo que es irrenunciable. El escritor no puede permitirse el ser modesto ante sí mismo, aunque luego salga lo que salga.

domingo, 16 de junio de 2013

EL SUELDO HUMILLANTE



Donde se divaga más que se razona sobre las melancolías derivadas de un salario sin sorpresas sobrevenidas


Si eres político y careces de sobresueldo, resulta que sólo tienes un sueldo, que da para lo que da, de manera que, a pesar de tener un sueldo, por reconfortante que resulte en nuestros días el disfrute de tal exotismo, acabas sintiéndote un desdichado y aspiras legítimamente a reparar esa desdicha con la aspiración tangencial a la consecución de un sobresueldo, ya que la idea de tener que vivir con un simple sueldo promueve no sólo la melancolía espiritual, que eso al fin y al cabo es lo de menos en estos casos, sino también la material, que es la modalidad de melancolía que está relacionada directamente con el concepto de sueldo. No nos engañemos: el político que disfruta de un sueldo no disfruta en realidad de nada, pues un sueldo a secas es cosa propia de votantes, aunque impropia de votados, en tanto que el sobresueldo viene a ser algo así como el manto de armiño que se le pone al sueldo, y ahí ya la cosa cambia.

            A nuestros políticos, tan ajenos por naturaleza a los hechizos pasionales que provoca el dinero, los hemos humillado al ponerles un sueldo, a pesar de que el importe de sus sueldos respectivos lo ponderen ellos mismos, que son a fin de cuentas quienes pueden saber mejor que nadie cuánto necesitan para ir tirando. Pero les hemos humillado sin necesidad, ya digo: a un político, a un ser elegido para llevar a cabo la tarea impagable de construir el paraíso en la Tierra, a un ente filantrópico que ha asumido el sacrificio personal en aras del bien colectivo, resulta que le decimos que se conforme con un sueldo, un sueldo apenas alegrado por unas dietas y complementos de esencia más o menos esotérica y por unas prerrogativas que pueden incluir en el mejor de los casos el disfrute de un coche oficial de color invariablemente negro y de un Ipad del color que le toque. ¿A qué tanta pobretería? Les hemos negado, en fin, la estimulación laboral

Una de las grandes máximas morales de nuestra historia democrática se la debemos al actual alcalde de Barcelona -cuyo sueldo, con ser de risa, es superior al del presidente del Gobierno, que es ya de puro chiste-, que vino a decir, desde esa montaña envuelta en nubes bíblicas desde la que suelen hablar los profetas sociológicos, que los políticos deben tener sueldos fulgurantes para evitar así tentaciones tenebrosas. A pesar de su ligero optimismo ante el tope de la codicia, no le faltaba razón, ya que a los políticos les suele ocurrir lo contrario que a los santos, que tanta firmeza demuestran ante la tentación, así les venga dicha tentación por emperre directo del Maligno, infinitamente más poderoso y persuasor que un contratista de obras. 

La presidenta del parlamento catalán, por su parte, llegó a hacerse en público una pregunta desgarradora: “Si algún día los diputados llegamos a cobrar menos de 3.000, ¿adónde iremos a parar?” Eso mismo me pregunto yo.

   

martes, 11 de junio de 2013

CERILLAS HÚMEDAS

El diminutivo, si no es en el fondo un aumentativo camuflado, resulta cursi.

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Leyenda urbana: las advertencias del monarca a su yerno.

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La controversia disfruta de un prestigio tal vez no lo suficientemente controvertido.

lunes, 10 de junio de 2013

viernes, 7 de junio de 2013

(Me pidieron esto, por vía urgente, del periódico)



EL GALÁN IMPERECEDERO

En Bilbao, hace un par de años, en ese festival de la risa literaria que monta allí, con toda la seriedad del mundo, el escritor Juan Bas, apareció Tom Sharpe en silla de ruedas, sonrosado y sonriente, con su aspecto de anciano juguetón que acaba de resolver un asesinato difícil en una finca campestre o de haberle pedido matrimonio a una jovencita que le ha dado largas, aunque la vida sigue, pues siempre habrá puros y whisky para celebrar algo, así sea el hecho de no tener que tomarse la molestia de celebrar nada. 

Nos fuimos todos los participantes a comer cosas ligeramente imposibles al restaurante del Guggenheim, donde lo raro es que no te ponga de postre un cuadro al óleo. 

Sharpe se sentó al lado de otro humorista, aunque de talante más sombrío: Martin Amis. Una de las organizadoras del festival, una chica muy guapa y muy elegante, se acercó a Sharpe para preguntarle si necesitaba algo. Sharpe le besó la mano y se la retuvo, mirándola a los ojos, desde su silla metálica, como diciéndole: “Fúgate conmigo”. Los testigos mantuvimos la respiración durante unos segundos, pendientes del resultado del galanteo. 

Fue, en fin, el gesto más enternecedoramente humorístico de aquel festival de los buenos humores: el galán imperecedero, convertido –con todo el derecho del mundo- en uno de sus propios personajes. Sharpe convertido en una creación de Sharpe, al límite de la vida, que se le ha ido en un pueblo de Gerona sin haberse planteado escribir –al menos que yo sepa- la gran novela sharpeana que sin duda tiene Cataluña.

                                                                        FELIPE BENÍTEZ REYES

sábado, 1 de junio de 2013

CUBATEO INSTITUCIONAL



Dependerá por supuesto del aguante de cada cual, pero calcula uno que, al precio que están las bebidas alcohólicas en el Congreso, un diputado de nuestra España biodiversa puede coger un pelotazo casi psicodélico por poco más de 10 euros, cantidad por la que un ciudadano de a pie apenas logra humedecerse un poco el hígado en el bar de la esquina. A mí me parece bien: montar un parlamento sin bar es algo tan triste como montar un bar en el que se prohibiera parlamentar a los clientes. El alcohol, además, propicia no sé si la elocuencia, pero sí desde luego la facundia, cosa que nunca viene mal a quienes tienen encomendada la tarea de interpretar de viva voz -y a veces a voz en grito- la realidad común. Si en el Congreso sólo sirvieran infusiones, correríamos el riesgo no sólo de que nuestros representantes electos se nos quedasen callados y taciturnos, sino también de que se convirtieran en luteranos o incluso en amishs, extremo que más vale ni siquiera imaginar. 

            El hecho de que el alcohol sea más barato en el Congreso que en la calle tiene su explicación, aunque se trate de una explicación difícil: convertirlo en una tentación del tipo de las que padeció san Antonio Abad, aquel eremita que se vio obligado a enfrentarse a una caterva de demonios malintencionados. Se trata, en fin, de una prueba ascética: si un diputado consigue vencer la tentación de tomarse un cubata por poco más de 3 euros, significa que está capacitado de sobra para luchar contra los demonios del aumento del déficit, del paro e incluso de las corrupciones internas de su partido. Si cae en la tentación, tampoco pasa gran cosa: afrontará con más alegría las adversidades, por esa facultad mágica que tiene el alcohol de escorar el ánimo al lado opuesto al de la pena, ya sea personal o colectiva. Yo iría más lejos: en el Congreso debería abrirse un coffee-shop a la manera holandesa, para que sus señorías pudieran complementar el cubata con un porro, lo que daría a los plenos un ambiente más relajado y ocurrente, en el que las lanzas se tornasen en risas flojas, un poco a lo flower-power.

            Todo tiene, no obstante, su peligro: vistos los precios del bar del Congreso, no sería extraño que la gente acabara convocando para los fines de semana un asalto a la sede de la soberanía popular, aunque no por motivos políticos, sino para montar allí una botellona. Otro peligro sería que los diputados, tras un día de abuso de cubatas baratos, decidieran promulgar una ley seca, pues sólo los abstemios ignoran las decisiones tan drásticas con respecto al alcohol que somos capaces de tomar en periodo de resaca.

            A mí, ya digo, me parece bien que se subvencionen los cubatas que consumen nuestros congresistas. Muy mal corazón habría que tener para cobrárselos a precio de whiskería. Porque a ver quién es capaz de afrontar lo que tenemos encima sin pegarse un lingotazo. Pero que conviden.

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UNA ENTREVISTA a propósito del libro de relatos

Prosigue el alegre blablablá....


http://www.entretantomagazine.com/2013/05/31/felipe-benitez-reyes-creo-que-la-escritura-debe-conservar-su-componente-irrenunciable-de-aventura/