La mañana se le presentaba un poco dura: tenía que ir a la ORM a pagar el IBI, el IAE y la TAU, con sus recargos de demora correspondientes (sus RDC, supongo), porque se le había pasado el plazo por culpa del tiempo que le quita su cargo directivo en la APA, y luego tenía que pasar por la OMIC porque los de FEDEMA le habían consignado en la factura un IVA incorrecto por tercera vez y había decidido presentarles una denuncia, circunstancia que aprovecharía para ponerle otra al BBVT por haber incrementado la tasa TAE de manera abusiva en el préstamo hipotecario que se había visto obligado a pedir para la adquisición de una VPO.
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Luego iría a Correos para enviar una carta de protesta a la ANFAC, un boletín de suscripción al ANDELE, un recibo atrasado a la FUP y un giro postal a una ONG. Una vez hecho esto, se pasaría por la FNAC para ver las últimas novedades discográficas, y quizá le diese tiempo a tomar el aperitivo en la peña PLUD. Después de eso, su intención era ir a alguna oficina de Telefónica para pedir información sobre la línea ADSL, y luego a la sede de UGT, por si podían facilitarle allí las señas de la CFDT en Lyon, donde trabaja un primo suyo que antes era jefe del CEMLA. Luego iría a la estación, que está al lado del FEMPLE, para comprar un billete del AVE, y quizá le daría tiempo a pasar por el CACRS para ver la exposición de documentos de la CIA. (El mes pasado hubo una, excelente, sobre la KGB.)
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Una vez hechas estas gestiones, iría al SAS para que le diesen los resultados del TAC y de allí, quién sabe, podría acercarse al CSIC para comprar un libro sobre los trovadores provenzales, porque es materia que entra en el temario de literatura de la UNED, en la que se matriculó el año pasado por influjo de su amigo Alvarado, jefe de personal de GOMMA y socio de UNICEF.
Este era el plan. El plan de una mañana dura, pero sin duda provechosa.
Llegó a la ORM y dijo: “Vengo a pagar el IBI, la TAU y el IAE”. El funcionario lo miró: “Aquí sólo puede pagar el IBI. El IAE se paga en la OFM y la TAU en la OTM, así que usted sabrá”. Y el hombre dijo: “Pues pagaré el IBI”. Y el funcionario le preguntó entonces: “¿Trae el DNI?”, y él asintió. “¿Trae también el PRAC2?”, y ahí lo pilló en falta. “Pues si no trae el PRAC2, no puede pagar el IBI”. (Se le había olvidado el PRAC2.) (Nada menos.) (El PRAC2, que es indispensable para determinadas cosas.)
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“¿Por dónde queda la OFM?”, y el funcionario le dijo que al lado de la UMP. “¿Y la OTM?”, y eso quedaba justo detrás del PMD. “¿Tendría usted por casualidad un mapa de dependencias municipales, un MDM, como quien dice?”, pero el funcionario le dijo que no, de modo que sin mapa buscó la OFM y la OTM, y en esa aventura se le fue la mañana de forma infructuosa, y no pudo atender sus demás ocupaciones, de modo que se subió a su BMW, enfiló la N4, llegó a casa y se encontró debajo de la puerta un anónimo que decía “Eres un HDP y vamos a cortarte las orejas”, y se tocó las orejas como si se despidiese de ellas, se derrumbó en el sofá y puso la TV, donde un directivo de la OCU disertaba sobre el PIB ante la mirada atónita de un miembro honorífico del COI, y entonces el hombre se quedó tan profundamente dormido, que cualquiera que lo viese pensaría que RIP.
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