domingo, 20 de septiembre de 2020

BOLAS DE CRISTAL

 (Publicado ayer en prensa)



Dadas las circunstancias, recurrir a la hemeroteca resultaría un ejercicio de crueldad.

Allí nos encontraríamos al presidente del Gobierno, a primeros de julio, dando por vencida a la pandemia, animando a la gente a salir, a reactivar la economía y a disfrutar de la nueva normalidad. (Como dato curioso, ese mismo día 200.000 catalanes se vieron obligados a reconfinarse a causa de los rebrotes.)

Allí nos encontraríamos al ministro de Sanidad, a finales de enero, asegurando que, a pesar de que el riesgo de pandemia era moderado, nuestro sistema sanitario estaba preparado para afrontar cualquier eventualidad. (Al poco, el sistema sanitario se colapsó. En estos días, estamos advertidos del riesgo de un segundo colapso.)

Allí nos encontraríamos, a mediados de febrero, al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ofreciendo tranquilidad: “En España no hay coronavirus. No existe riesgo de infectarse”, de lo cual concluía que el miedo estaba “un poco fuera de lo razonable”. (Y no tuvimos miedo, porque tenerlo suponía una irracionalidad.)

Allí nos encontraríamos a la presidenta balear reclamando la habilitación de un “corredor turístico seguro”. (Baleares ronda hoy los 12.000 casos confirmados y casi 300 muertos.)

Allí nos encontraríamos al presidente de la Junta de Andalucía acusando al Gobierno central de castigar, por revanchismo político y no por criterios médicos, a las provincias de Málaga y de Granada, que no pasaron a la fase 3 a la par que las otras. (Málaga sigue siendo la provincia andaluza con mayor incidencia de casos.)

La presidenta de la Comunidad de Madrid tardó poco en levantar un hospital de campaña y poco también en desmantelarlo, aunque tardó mucho en obligar al uso de la mascarilla, como señal tal vez de su decidida política de bandazos pintorescos.

La portavoz del Govern aseguró que, en una Cataluña independiente, no hubiese habido tantos muertos ni tantos contagiados.

Etcétera.

            Allí, en la hemeroteca, en definitiva, nos encontraríamos con muchas curiosidades que nos harían sonreír si no nos hicieran temblar: estamos en manos de los dueños de esas bolas de cristal defectuosas.

            Hemos pasado del estupor al caos, del caos a la gestión caótica, de la gestión caótica al triunfalismo, del triunfalismo a la irresponsabilidad, de la irresponsabilidad al desastre y desde allí hemos vuelto al punto de partida, del que en realidad nunca nos habíamos movido, más allá de ese cronograma infantil de las fases, de las desescaladas y de la nueva normalidad.

            En medio de todo esto, la vida, tal como la conocíamos, sigue, en fin, en paradero desconocido y todo apunta a que tardará en volver. Si es que vuelve.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bola de cristal , elixires mágicos e hipnosis para hacernos creer que todo va bien , parece que los electos sean los nuevos Cagliostros , nos avisó Alejandro Dumas y nos lo recordó Orson Welles , Cagliostro el desalmado siempre está ahí . Decía Orson que todos llevamos dentro un santo y un asesino , eso ya lo sabíamos, pero si hay impunidad afloran los criminales , no se han hecho leyes para castigar a los propagadores y no puede ser que los ciudadanos hagamos de policía ( como nos pedía Revilla y otros ) con los violentos delincuentes que no llevan mascarilla y organizan fiestas por doquier , hay mucha permisividad y la gente se empieza a quejar de la ausencia de las fuerzas del orden . De seguir así España se desintegrará , vamos a un Estado fallido , las ayudas europeas son un remiendo y necesitaremos de mucha deuda para mantener el cotarro , si no " doblegamos la curva " nadie comprará deuda española y ningún servicio sería gratis ni habría pensiones . El bicho nos precipita a un abismo desconocido e inimaginable .
Caldicot

Anónimo dijo...

Supongo que casi todo hemos "desafiado" estúpidamente a la pandemia de algún modo. Loa responsables políticos (no todos) aún más. Pero las decisiones y las no decisiones de Ayuso es de una responsabilidad penal clarísima. Por supuesto no le pasará nada, la justicia no se convoca por actos tan manifiesto de irresponsabilidad si previamente no han sido censados como tal. Así que su perpetua encrucijada mental seguirá para castigo de los madrileños y limítrofes.