Empiezas a ver esta miniserie de 8 capítulos y te dices: "Otra historia
rutinaria de asesinos en serie y de crímenes escabrosos, con su
previsible reparto de sospechas engañosas sobre varios personajes".
Pero... el giro es asombroso, para bien.
Una historia perfecta. Densa, oscura, con toques góticos.
(Y con la frase final más aterradora, y narrativamente más sorpresiva, que cabía esperar.)
Hacía tiempo que no veía algo tan bueno.
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