domingo, 10 de julio de 2011

LA LÓGICA



.


Si decimos: “Andrés Peralta Ramírez se acostó el 8 de septiembre de 2007 con un pijama de cuadros y se levantó el día 9 de septiembre de 2007 con un pijama de cuadros”, estaremos formulando una obviedad y ofreciendo un dato que no tendría interés ni siquiera para Andrés Peralta Ramírez. Ahora bien, si decimos: “Andrés Peralta Ramírez se acostó el 8 de septiembre de 2007 con un pijama de cuadros y se levantó a la mañana siguiente con un pijama de cuadros, pero con los pantalones enfundados en los brazos y la chaqueta de pijama enfundada en las piernas”, la cosa cambia bastante, ya que ahí entra en juego la literatura, la magia, la espiral imprevisible del absurdo o, a un nivel estético un poco más bajo, la capacidad sonambúlica de Andrés Peralta Ramírez de vestirse y desvestirse mientras duerme, habilidad digna de ser mostrada en algún circo prestigioso.

La lógica en general, y la lógica de los pijamas en concreto, resulta vulnerable, en fin, a los envites y embates de la falta de lógica.

Tu sobrina de seis años te pregunta de repente: “¿Cuál es el último número, el número más grande?”. La pregunta no puede ser más lógica, y comprendes que lo ilógico es la condición infinita de los números, esa infinitud que hemos otorgado a unas entidades incorpóreas que sólo adquieren realidad cuando se alían con algo tangible: “Tengo 12.456 pelos en mi barba pelirroja”, “A lo largo de mi vida he perdido 745 mecheros y 349 paraguas”, y así sucesivamente. Por sí solos, los números designan vaguedades. Te acercas a un desconocido que toma café en un bar, absorto él en sus divagaciones cotidianas, y le dices al oído “674.828”, y el desconocido enarca las cejas, te mira como solemos mirar a los extraterrestres cuando vienen por aquí y te pregunta: “¿Qué pretende usted, meterme en la cabeza una cifra inútil?” Y tú le contestas: “De ninguna de las maneras, caballero. Sólo pretendía regalarle un número que alguna vez podría serle útil para quién sabe qué. Pero si ese número no le gusta, puedo ofrecerle muchos otros. El 98.999.874.211, por ejemplo, que es un número demasiado alto para resultar práctico, aunque supongo que estará usted de acuerdo conmigo en que conviene tener números para todo. Nunca se sabe cuándo va a hacernos falta un número, por alto que sea”.

Si la lógica fuese lógica, sólo existiría una lógica, pero el caso es que existen múltiples variantes de la lógica, catalogadas con más o menos precisión por los estudiosos de la filosofía: la llamada lógica antigua, la lógica aristotélica, la lógica escolástica, la neoescolástica… Como es lógico, cada cual puede elegir la lógica que mejor se adapte a las características de su temperamento y a su capacidad de ensayar piruetas con la mente.

Volviendo al tema de las peripecias nocturnas del pijama de cuadros de Andrés Peralta Ramírez, termino con un reto a la lógica: “¿Qué pasaría si Peralta se acostase con un pijama de cuadros y se despertase con un camisón estampado con flores tropicales?” No sería la historia terrorífica de Gregor Samsa, pero sería desde luego una historia.


.

10 comentarios:

anónima dijo...

Ya dijo alguien alguna vez:"La lógica es buena para razonar,pero mala para vivir".

hiparco dijo...

Una metáfora del silogismo deductivo, en el que en las premisas siempre está incluida la conclusión, es tu ejemplo del Sr. Peralta que se debe levantar como se acostó; pero la realidad nos muestra infinidad de casos en los que las apariencias engañan y que tal lógica no nos sirve; será necesaria una lógica informal, a través de la abducción, como hacía C. Doyle, para llegar a la verdad de un sonámbulo.

Luis dijo...

Genial, como de costumbre. Siempre consigue deslumbrarme, y llevo tiempo disfrutando sus poemas, lo que no supe hasta hace poco era su también portentosa veta narrativa. Resulta que al terminar de leer su artículo no he podido evitar acordame de un pasaje del "Juan de Mairena", donde Machado escribe lo siguiente:
"(Ejercicios de sofística)
La serie par es la mitad de la serie total de los números. La serie impar es la otra mitad.
Pero la serie par y la serie impar son -ambas- infinitas.
La serie total de los números es también infinta. ¿Será entonces doblemente infinita que la serie par y que la serie impar?
No parece aceptable, en buena lógica, que lo infinito pueda duplicarse, como, tampoco, que pueda partirse en mitades.
Luego la serie par y la serie impar son ambas, y cada una, iguales a la serie total de los números.
No es tan claro pues, como todos pensáis, que el todo sea mayor que la parte.
Meditad con ahínco, hasta hallar en qué consiste lo sofístico de este razonamiento.
Y cuando os hiervan los sesos, avisad."

Un cordial saludo,
Luis

Diego dijo...

Le pasaría algo parecido a lo que le pasó a Walter Arias cuando se despertó en la acera de una calle de una ciudad medio modernista y medio africana (que resultó ser Melilla) (creo yo)

Microalgo dijo...

Este post es un taller de literatura en sí. Y gratis, además. Tomamos nota, de nuevo.

Y oig,a ¿no se ha planteado Usted nunca impartir un curso de esta materia (por inmaterial que esta materia sea)?

Yo me apuntariera o apuntariese, en dependiendo de los emolumentos dispendiados (ya habrá visto que hay materia que pulir, ¿hein?).

Microalgo dijo...

Por cierto. (Siempre suelto un "por cierto" cuando lo que digo a continuación no tiene nada que ver con lo anterior. Tengo que hacérmelo mirar).

En una librería en Oviedo encontré "Fila 13, impar". Evidentemente, cayó en el saco. ¿Cómo lo escribieron García Montero y Usted? Nunca he sabido interpretar bien lo de las dobles autorías, excepto en ciencia (el becario curra y el jefe también firma, en fin).

El libro está en la recámara para cuando acabe con lo que tengo entre manos. Ya le contaré.

Un abrazo.

MArian dijo...

Qué suerte disponer de "Fila 13, impar" Microalgo.
Yo lo he buscado de forma reiterada sin suerte. Me atrae mucho precisamente lo que plantea. No puedo imaginarme el resultado de dos de mis escritores favoritos en una novela, por mucha amistad que los una. Además, vista con la prespectiva del tiempo...
En fin, que la disfrute. Y espero la respusta de Felipe para saciar la curiosidad.
Saludos veraniegos

Emilio Calvo de Mora dijo...

Numere, que algo queda.
Es como aquello de Borges tan extraño en donde decía saber el número de pájaros que surcaban el cielo salvo si se lo preguntaban. En ese estricto caso, al serle espetada la pregunta, el hombre se encogía de hombros y a otra cosa.
Qué bonita es la Metafísica.
Samsa era metafísico. Usted es un animador cultural en estas tórridas tardes de verano en mi pueblo.

FBR dijo...

Muchísimas gracias por los comentarios. Da gusto tener visitantes como vosotros.

En cuanto a lo de "Impares, fila 13"... Bueno, fue un experimento sin demasiadas complicaciones. Creo que por entonces Luis y yo no éramos todavía escritores "autistas", que es el destino natural de todo escritor. Hoy no creo que pudiéramos hacerlo.

(Si te interesa hacerte con esa novela, Marian, creo que puedes encontrarla en IBERLIBRO.)

Gracias a todos de nuevo.

MArian dijo...

Lo intentaré,Felipe. Gracias de nuevo