jueves, 28 de abril de 2011

PREMIO BEATÍFICO

La editorial Anaya convoca un premio de literatura infantil y juvenil. En el encabezado de las bases se lee: "La obra ganadora deberá contribuir a formar la personalidad de los lectores, promover su integración social y difundir los valores propios de una sociedad democrática".

En este premio tendrían pocas probabilidades de éxito novelas como El guardián entre el centeno o La isla del tesoro (a no ser que a John Silver se le considere un difusor de los valores democráticos entendidos a la manera valenciana, por ejemplo).

Le extraña a uno, en fin, que la obra ganadora no se limite a la aspiración de difundir los valores literarios, que lo demás ya vendrá por sí solo, en el caso de que tuviera que venir.

La beatería laica está muy bien, pero no deja de ser beatería. Y toda manifestación de beatería provoca, no sé, una extraña vergüenza ajena.

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8 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

No se puede ser más exacto, Felipe. Ni más objetivo. Lo que has escrito es un canto a la libertad y el sentido común. Está claro que el adoctrinamiento tiene muchas caras. Algunas excesivamente amables. Un saludo cordial.

Miguel Ángel dijo...

Sensación que comparto plenamente, Felipe. Y es que eso de fomentar la creatividad, el espíritu crítico y la reflexión abierta en nuestros chavales hace ya un par de funestas reformas educativas –y las que quedan- que está demodé. Efectos colaterales de la biempensante educación para la ciudadanía, supongo.
Saludos.

Juan Antonio González Romano dijo...

De esta manera es muy probable que se carguen la literatura juvenil, que acabará siendo "juvenil" y, como bien dices, beata. Que sea "literatura" es mucho más discutible. Los que, cokmo docentes, nos tenemos que enfrentar a estas obras buscando lecturas atractivas para los jóvenes, leemos cada cosa que vaya tela.
Lo políticamente correcto y su trasunto educativo (la educación en valores) está haciendo mucho daño...
Un abrazo.

MArian dijo...

Tarea difícil para los docentes de literatura esa de buscar lecturas para los alumnos. Es cierto. Lejos quedó aquella pasión por la fantasía y la prosa bien escrita. Ni decir tiene el espanto de muchas de las "adaptaciones de los clásicos", desnatados y anecdóticos pasajes de nuestros grandes personajes, en la mayoría de los casos.
¡ qué pena que subestimemos tanto a nuestros jóvenes!
Saludos
MArian

hiparco dijo...

Es que Anaya no deja de tener un espiritu de libro de texto ni en los premios. Los valores en la literatura deben estar bajo interrogacion, y no bajo la admonicion administrativa correspondiente. Pero quien sabe si como reaccion al joven le nacera su particular rebelion, no para no leer, sino para desconfiar de ciertas lecturas en favor de otras.

Vicente garcia dijo...

Llevas razón, Felipe.

juanjo dijo...

Completamente de acuerdo.Si acabamos cayendo en la trampa de lo politicamente correcto y de la educacion en valores podemos dar ya carpetazo a la historia de la literatura y del arte en general
Un abrazo

Microalgo dijo...

Richmal Crompton al poder. Con Guillermo, el Proscrito, a la cabeza.

Qué coño.