viernes, 21 de mayo de 2010

REALIDADES






Uno de los conceptos que menos respeto nos merecen es sin duda el de realidad. “¿Qué es la realidad?”, nos preguntan o nos preguntamos, y casi todas las respuestas tienden a la devaluación o incluso a la degradación de ese concepto, quizá porque la realidad es en el fondo algo tan real, que no podemos comprender en qué consiste con exactitud, y finalmente, por la ley de la paradoja, acabamos dispensándole la misma consideración que solemos dispensar a las fantasmagorías, a las especulaciones ociosas en torno a materias etéreas: un fu ni fa metafísico.

Los periódicos, por ejemplo, serían un buen índice de realidad si no fuesen manipuladores de realidades, creadores más o menos interesados de realidades, ya afecte esa realidad a la conjetura de una guerra planetaria o ya se refiera a la detención por hurto en unos grandes almacenes de una actriz holliwoodense de segunda fila, pues de todo hay, y todo acaba formando parte del entramado de la realidad diaria gracias a su mera divulgación, ya que la más insignificante de las anécdotas acaba ascendiendo al rango de noticia en cuanto la roza la varilla mágica del periodismo.

Y se pregunta uno: “¿Por qué no democratizar la condición de noticiable?” Que fuésemos al kiosco y leyésemos en la primera página de un periódico de difusión nacional, en grandes titulares, algo así como: “ESCÁNDALO EN VALDEPEÑAS”, y que, atraídos por esa circunstancia insólita (¿un escándalo en Valdepeñas?), leyésemos con dedos temblorosos la entradilla: “Ayer, sobre las seis de la tarde, José Menéndez Arroyo entró en el bar El Jamón de Oro y, nada más tomarse el primer vaso de vino, se aplicó de inmediato a la tarea de insultar a toda la clientela, hasta que fue desalojado del establecimiento gracias a la colaboración de Matilde Vargas Olmedilla, esposa del metepata.” Y que, tras una narración pormenorizada de los hechos, se reprodujesen opiniones sobre el particular recabadas entre personalidades variopintas: el director de la Real Academia Española, algún psiquiatra de escuela vienesa y algún senador manchego, pongamos por caso, para que de ese modo el lector alcanzase una visión caleidoscópica y contrastada del escándalo de Valdepeñas.


Para los lectores de prensa, la realidad, en fin, es algo que siempre les ocurre a los otros, aquello que deciden los otros, aquello que los otros determinan. Algo así como el 99 % de la población mundial se va al otro mundo sin jamás haber sido noticia en este, a menos que, por la vanidad de ver su nombre en un periódico, decida meterse a asesino o como poco a concejal, o a menos que pague una esquela, y eso desanima mucho, qué duda cabe, porque la gente acaba pensando que la suya es una existencia intrascendente y anodina, una aventura intercambiable, un tarea sin relieve.

Habría que reajustar, en definitiva, el concepto periodístico de realidad, y que ese reajuste se reflejase en los titulares: “MANUEL HEREDIA LE VENDE UN SOFÁ DE SEGUNDA MANO A SU CUÑADO, EL CÉLEBRE CHURRERO MARINETTI”, o bien: “OPERADO CON ÉXITO DE VESÍCULA JUAN ORTEGA, EL AMABLE PORTERO DEL CINE CALIPSO”. Porque la realidad es cosa de todos, por más que los distribuidores de realidades nos ninguneen.



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11 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

¡De acuerdo! Aunque para realidades, colores. No ve la misma realidad uno de izquiedas que uno de derechas, siendo la misma para los dos. No ven la misma realidad un cristiano o un musulmán y la realidad es la misma para los dos. Realidades hay una, pero puntos de vista, o sea, formas de interpretarla hay la tira.
Es decir, estoy de acuerdo con lo que expones, ya que es así pero discrepo pues cada cual es como es.
Un saludo.

L.N.J. dijo...

Hola Felipe, me pierdo un poco leyendo tu texto sobre la realidad. Será que la perspectiva que veo sobre ella, depende de tantas personas, situaciones, cosas..., y un largo etc. Que cada cuál tiene la propia suya.
Sí es cierto que hay realidades manipuladas, donde el ser humano no se muestra, ni desea mostrarse de manera natural en cualquier aspecto de su vida. Y es ahí donde empieza el mecanismo de defensa para evadirse de la realidad buscando otras alternativas.
Todo se complica , pero creo que sería tan sencillo y bonito, como mostrarse de manera natural ante ella.

¿ O lo natural en este caso no existe ?, porque pertenecemos a grupos sociales, a comunidades, instituciones y un largo etc, donde hay que dejar atrás la realidad y salir de ella con chapuces de mala mezcla. Como dice la canción de Paco Ibañez " con mala reputación"; la realidad empieza por uno mismo y ( a la gente no le gusta que, uno tenga su propia fe ).

El canto de un pajarillo al amanecer, eso sí que es realidad. Aunque para despertarme necesito dos despertadores(un invento fastidioso, pero bueno,se agradece ). ¿ O lo fastidioso es tener que madrugar todos los días ?.... jeje

.... ay, qué dura realidad....


Besos.

hiparco dijo...

¿Y qué es más real para uno mismo? ¿el telediario de las 14:00 hs de la cadena x, o el de las 15:00 de la y? ¿el recibo de la luz de esta mañana? ¿o quizás el chascarrillo de la portera que le ha contado a la del 5º? la realidad que nos importa nos la decimos, no nos la dicen; pero hay tantas voces, que por exteriores parecen más reales, cuando resulta que sordos, aburridos de nosotros mismos, no es que escuchemos lo que queremos escuchar, es que nos desatendemos, nos ignoramos, nos enajenamos en los medios.

Anónimo dijo...

Magnífico texto sobre la realidad, que por cierto se ajusta bastante a la realidad. La realidad es objetiva pero como tal es platónica, pero existe sin duda. La verdad es lo que se ajusta a la realidad, y el ajuste depende de la opinión de cada uno. Pero lo real es lo verificable, si no es verificable no es real. Por ejemplo, la Fe no es verificable, y como dijo Nietsche es no querer conocer la realidad (o la verdad).

Un saludo

Emilio

L.N.J. dijo...

El que la fe no se pueda verificar, no quiere decir que no sea real. Lo es en muchas personas, y no por ello dejan de conocer la verdad.

La fe no es parpable, podría ser un sentimimiento , por ejemplo. Es una realidad arbitraria, por así decirlo.

Saludos.

Mcartney dijo...

Philippe:
Retratas muy bien mis sentimientos por esa gran Galería de Ignorados que no salen, ni saldrán, nunca en los medios.

Modotti dijo...

Me apunto al proyecto de hacer un periódico real (no de reyes, claro). ¡Qué buena idea!

Anónimo dijo...

Una realidad arbitraria no es realidad, porque lo arbitrario es fruto de la casualidad. Un sentimiento es una emoción, por ejemplo cólera,, alegría, tristeza, etc., pero la Fe es una creencia, no un sentimiento.

Microalgo dijo...

Estooo... una preguntita técnica.

¿Tiene algún nombre la figura estilística consistente en contraponer un término (digamos) vulgar (ni fu ni fa) con otro (pongamos) serio o muy técnico (metafísico)?

No es por darle más pisto (tiene Usted el nombre de una calle, ¿qué más quiere?), pero me parece que le corresponde a Usted mismo ponerle nombre a tal figura, si no lo tiene ya, dado que Usted la utiliza con cierta frecuencia y parece pionero en su diseño.

Benitezreyismo podría ser, pero no se lo recomiendo por si lo acusan de ególatra o algo, que la gente es muy miserable y necesitan hincar el diente por donde sea (véase el inicio del párrafo anterior).

Y bueno, las cosas. Dudas que le surgen a uno...

(Por cierto, que los puntos finales dentro de los paréntesis son también muy característicos suyos: seguro que a mí no me dejaban ponerlos).

(¿Ve?).

blog dijo...

Gracias por los comentarios.

Ángeles Hernández dijo...

Pero es que ¿Es real la realidad?. Hoy seré breve, mal que me pese, porque me estoy limitando a citar la obra del mismo título de Watzlawick, y cuya lectura les recomiendo.

¿Es real la realida?
# Paul Watzlawick
# Herder Editorial
# 276 páginas
# ISBN: 8425410827 ISBN-13: 9788425410826
# 8ª edición (15/12/2003)