viernes, 26 de junio de 2009

LA MUERTE Y LO CURSI

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Oído en televisión, en el informativo de las 3: "Se ha detenido el corazón de Michael Jackson y se ha detenido el corazón del pop".

Si partimos del hecho de que la muerte es uno de los asuntos de este mundo menos vulnerables a la cursilería (una muerte puede ser ridícula, por ejemplo, pero es imposible que sea cursi, por cursi que fuera el difunto), ¿por qué la literatura necrológica, al menos en el ámbito periodístico, está casi siempre a un paso de la cursilería y casi siempre un paso más acá de la literatura, aunque esa sería otra historia?

(Al menos una excepción, entre otras posibles: González Ruano -que se las sabía todas, incluso las que no debiera- presumía de que los muertos se le daban muy bien. Y era cierto. Hay una recopilación excelente de sus necrológicas, editada por el ex futbolista Miguel Pardeza y publicada por Mapfre, empresa dedicada curiosamente a los seguros de vida... aunque no puedan asegurarte en la póliza una buena necrológica, claro está.)

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