sábado, 31 de diciembre de 2011

AGENDA NUEVA


Somos muy de rutinas, pero cada año que empieza trae consigo una pequeña alteración de pequeñas rutinas. Cambias de agenda, por ejemplo, y te encuentras con unas páginas en blanco que, a lo largo de las semanas y los meses, irán llenándose de citas, de números de teléfono, de anotaciones urgentes y sintéticas, de cifras, de tachaduras, de nombres conocidos o extraños, de direcciones electrónicas que parecen la clave secreta para activar una bomba atómica, porque la verdad es que todas las agendas se dan la pinta de ser el cuaderno íntimo de un espía.

Se nos llena la agenda, en fin, de anotaciones, aunque pensemos de forma melancólica que en nuestra vida no ocurre nada de nada, lo que se dice nada, y toda esa caligrafía rápida y deforme será la prueba del entramado confuso que conforma el paso de los días, idénticos casi siempre entre sí, pero misteriosamente diversos, porque cada hora que pasa es única, aunque nada la diferencie de la hora precedente, aunque nada la distinga de la hora por venir. Hay una magia modesta en cada instante de nuestra vida, así nos parezca toda ella un sopor cíclico, un bostezo que anuncia otro bostezo.

“Llamar a primera hora a G. González”, apuntas el 2 de febrero, y ya en marzo no recuerdas quién es ese o esa G. González, porque se ha convertido en un fantasma más de los muchos que pululan por tu agenda, que acaba siendo un libro enigmático, hecho de fragmentos de realidad, escrito desde el respeto más estricto a la realidad, esa realidad en miniatura que es nuestro día a día, esa realidad diminuta e intransferible que no podemos comprender del todo, porque su fluir no está sujeto a ningún tipo de secuencia lógica, sino a una norma que es a la vez absurda y práctica: situarnos en el mundo.

A pesar de la llegada del nuevo año, tendremos que pasarnos unos meses recurriendo a la agenda del año anterior, porque hay anotaciones en ella que siguen vigentes, pues quedaron cosas a medio hacer, o postergadas, y nos damos cuenta entonces de que la vida está condenada a ser una retrospección permanente, un regreso continuo a un tiempo que murió de muerte natural, pero cuyo espectro sigue dando tumbos por nuestro presente fugitivo. Trae el año nuevo una nueva agenda y también un inconcreto propósito de corrección de nuestra vida, de abordar los proyectos aplazados, de pactar en términos justos con el paso del tiempo.

Tenemos sobre la mesa nuestra agenda flamante, apenas garabateada todavía. Y piensa uno que cada 1 de enero deberíamos hacer en ella una anotación práctica: “Ser feliz”. Aunque en la calle haga frío. Aunque haga frío dentro de nosotros. Como si esa frase de esencia quimérica fuese un talismán. Por si acaso, en fin, hubiera suerte.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL ESTUPOR

Esos políticos elegidos democráticamente aplaudiendo con fervor a un rey impuesto por Franco y que cobra 292 .000 euros anuales por leer mal los discursos que le escriben otros y cuya actividad intelectual más relevante consiste en montar en moto... Etcétera.

lunes, 26 de diciembre de 2011

FRASES SUELTAS, 2

Era tan rica, que no disponía de un fondo de armario, sino de un armario sin fondo.
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Los antiguos romanos, estatuas; los políticos actuales -así sean alcaldes de pueblos menores de 5.000 habitantes-, retratos al óleo. Para que no les escape la posteridad misma, como quien dice.
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El flamante ministro de economía, que era ejecutivo de Lehman Brothers en el momento del zambombazo, ha entrado pidiendo "reformas". De acuerdo. ¿Qué tal una reforma del código penal que dictamine prisión preventiva para todos los ejecutivos de Lehman Brothers?

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Era tan aprensivo, que cogió la gripe y se suicidó.

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jueves, 22 de diciembre de 2011

PENITENCIAS NAVIDEÑAS


¿Fiestas navideñas? Habría tal vez que discutirlo, porque mucho me temo que estas celebraciones de resonancias bíblicas presentan un alto componente penitencial -aunque, dada la complejidad intrínseca del género humano, no resulta imposible conciliar el concepto de fiesta con el concepto de penitencia: ahí está la Semana Santa, o la Cuaresma, o las orgías sadomasoquistas, pongamos por caso.

En estas fiestas, por una razón o por otra, todo el mundo sufre, en buena medida porque la empresa promotora es muy partidaria del sufrimiento como vía de beatitud. El que está quitándose del tabaco, por ejemplo, lo pasa fatal, ya que la tentación de reincidir en el hábito de echar humo se acrecienta, y lo más probable es que recaiga. El que fuma de modo habitual termina envenenado de alquitranes, porque fuma el doble. El que nunca fuma acaba -por quién sabe qué repente dionisiaco- con un habano entre los dientes, o con un cigarrillo que sujeta con mano inexperta, porque estas fiestas invitan no sólo al exceso, sino también a la extravagancia y al viaje astral.

La persona que está a dieta acaba perdiendo el control y se pone hasta el cogote de pestiños y chocolate, de licores y mantecados, de salsas barrocas y de turrones, y luego se las tiene que ver con su conciencia, que no entiende de improvisaciones. El gordo engorda. El flaco engorda. El que tiene úlcera puede acabar en urgencias. Los triglicéridos hacen su agosto. El que apenas suele comer acaba indigestado. El alcohólico anónimo no se resiste a mojarse los labios en una copa de champán después de las doce campanadas. El que nunca bebe se toma un par de copas. El que acostumbra tomarse un par de copas acaba tomándose cuatro, y los que gustan de tomarse cuatro acaban con ocho encima, y hasta es posible que canturreen, porque el beber y el canturrear son artes complementarias. Incluso los niños acercan sus labios aventureros a la copa de espumoso, y los padres no dudan en celebrar esa temprana curiosidad enológica, entre otras razones porque ellos están ya hasta la nariz de destilados.

Como hay que hacer regalos, los pobres acaban siendo más pobres y los ricos un poco menos ricos. Como hay que comer y beber más de lo prudente, se hace un gasto imprudente en el supermercado, y allá penas. Para acrecentar el aire penitencial de estas cadena de festividades, los niños se aburren en casa, marcando con un círculo, en el catálogo de juguetes, las cosas que necesitan para seguir viviendo. Pasan ellos los días de tregua colegial soñando con artefactos prodigiosos, pero esos artefactos no podrán disfrutarlos hasta un par de días antes de volver a clase, cuando ya dispongan de horas muy contadas para jugar: una variante infantil del mito de Tántalo. Los adultos se desesperan al ir a comprar regalos para otros adultos, que ya tienen de todo, incluso lo que les sobra. Y acaban comprando, quieran o no, como una fatalidad que ni ellos mismos se explican, corbatas y alfileres de corbata, pitilleras y pañuelos, abrecartas y encendedores, y a lo sumo –si se trata de un familiar cercano- un pijama de fibra térmica con estampados geométricos.

De todas formas, y en la medida de lo posible, felices fiestas.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LLANTINA NACIONAL


Si los norcoreanos se ponen así, a llorar como grifos, cuando se les muere un dictador, no quiere uno ni pensar cómo se pondrán cuando se les muere el gato o el perro.

sábado, 17 de diciembre de 2011

DISCURSO PRENAVIDEÑO


Como cada año, es para mí un honor y una responsabilidad dirigirme a todos los españoles y españolas en estas señaladas fechas prenavideñas. Fechas que marcan un hito colectivo en cuanto a consumismo y fraternidad, con la mirada fija en unos objetivos sociales que a todos nos afectan.

Vivimos tiempos difíciles, pero es en la dificultad donde las grandes naciones encuentran el impulso necesario para impulsarse. Impulsarse hacia adelante, no hacia atrás, como desgraciadamente hemos presenciado en ocasiones en países amigos, víctimas hoy del anonadamiento económico del que nuestra firme democracia se manifiesta como garante, aunque al revés, pues lo que nos garantiza es la fuerza y el estímulo necesario para esquivar ese fatal anonadamiento al que antes me he referido. Porque si bien es cierto que las dificultades hacen que todo sea más difícil, también lo es, y en no menor medida, que lo sencillo vuelve todo demasiado fácil, y los grandes empeños requieren un esfuerzo común y un doloroso sacrificio que sólo los ciudadanos de buena fe estamos dispuestos a afrontar, siempre con la sonrisa en los labios, pues nuestra experiencia en el duro campo de la adversidad nos otorga un aval milenario de compromiso y abnegación.

No quiero dejar pasar por alto la ocasión de brindar todo mi apoyo a quienes, desde el convencimiento europeísta, viajan al menos una vez al año a Europa, sin distinción de zonas, pues mantengo la convicción de que Europa constituye una construcción global que requiere el esfuerzo y la ilusión de todos. Repito: son tiempos difíciles, pero no por ello debemos cejar en nuestros afanes de igualdad y de legalidad, de legalidad y de igualdad, pues entre todos y todas, juntos y juntas, sabremos convertir nuestros proyectos en realidades.

No puedo olvidarme de quienes en estas fechas prenavideñas se preparan a conciencia para entrar de lleno en las fiestas navideñas, ya sea disfrazándose de Papá Noel o de rey mago, ya sea de pastorcillo en los belenes vivientes o de Virgen María, ya sea preparando cestas navideñas o reponiendo polvorones en los grandes almacenes. No dudo que el esfuerzo conjunto de todos y de todas dará como resultado un resultado conjunto.

Y, por último, me gustaría hacer una llamada a la esperanza. Vivimos tiempos difíciles, como creo haber dicho ya, pero no tan difíciles que resulten imposibles. Lo mismo les ocurre a los escolares con las matemáticas, por ejemplo, aunque, con la ayuda de sus profesores, lo imposible se convierte en meramente difícil, lo que es buena prueba de una superación digna de elogio y de respeto dentro del marco de la Unión Europea y, sin ir más lejos, mismamente de España.

Si sabemos encontrar el rumbo, nuestro timón no dudará qué rumbo seguir. Si acertamos a mantener firme el timón, llegaremos a puerto. Si comemos demasiado turrón, nos caerá mal.

Felices prefiestas.

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viernes, 16 de diciembre de 2011

FOMENTO DE LA LECTURA

En el ÍNDICE DE LIBROS PROHIBIDOS del Opus Dei (http://www.opus-info.org/images/8/84/Index_2003.zip) correspondiente a 2003 -supongo que habrá actualizaciones, aunque no va a ponerse uno a buscarlas- encuentro tres libros míos, calificados como sólo aptos para lectores "que tengan formación", ya que puede haber "escenas o comentarios inconvenientes". Para su lectura es necesario el permiso de un director espiritual, de lo cual se deduce que los directores espirituales del Opus se pasan la vida leyendo.

Al mismo tiempo que descubro ese INDEX, que tanto honra a sus víctimas, leo la siguiente noticia:

Hasta 20.000 menores sufrieron abusos en la Iglesia holandesa desde 1945


Otra cosa no sé, pero paradójica sí que es esa multinacional: la pederastia, indiscriminada; los libros, con filtro.

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lunes, 12 de diciembre de 2011

VIDA PALACIEGA

Se dijo el yerno: "Donde fueres, haz lo que vieres".

viernes, 9 de diciembre de 2011

DELICIAS MEXICANAS


Los folletos de promoción turística suelen ser mentirosos, porque su función consiste en vender espejismos, y el comercio de espejismos requiere recurrir a la artimaña.

Tengo sobre la mesa uno de esos folletos, dedicado a la venta de espejismos mexicanos, y, curiosamente, su información parece sincera. Para incitarnos a visitar México D.F., por ejemplo, nos tienta con la siguiente información: “Allí encontrará los murales más grandes del mundo, miles de flores, tacos y un museo dedicado a Frida Kahlo. ¿Alguien da más?” Pues mire usted, qué quiere que le diga: es imposible que alguien dé más que eso, para qué vamos a engañarnos, de modo que empezamos de forma inmejorable.

A continuación, se nos detallan los atractivos principales de Oaxaca: “Guisos con chocolate, bebidas con gusano dentro, despedidas de soltera a palos y surferos entre tortugas marinas”. Ignora uno en qué consiste una despedida de soltera a palos, y habría que consultar al Instituto de la Mujer para enterarse de si no constituye una práctica censurable, pero la perspectiva de mantener una dieta de guisos chocolateados, de contar como digestivo con un licor lleno de gusanos muertos y de quemar luego las calorías del chocolate haciendo surf entre tortugas es algo que no tiene comparación con nada.

De Puerto Vallarta nos dice el folleto: “Aquí vienen las ballenas jorobadas a hacer el amor. ¿Se anima?”. Y de repente se nos despierta un poco la susceptibilidad: animarnos ¿a qué?

Tras este pequeño incidente psicológico, la descripción de las maravillas continúa: “Hay que advertir que en México todo se cocina con chile. Y aquí el chile no pica, sino que arde”. No puede decirse, es cierto, que la boca se nos haga agua, pero sí que se nos hace fuego, de modo que enseguida encontramos un paliativo: “Eso se arregla con una maleta llena de Almax”, porque, entre los guisos con chocolate, los licores con gusanos y el chile, el aparato digestivo puede ponerse un poco impertinente. Además, según aclara el folleto, “existen algunos platos que no llevan chile, como las quesadillas de flor”. Por si todo esto fuese poco, el folleto ofrece una de las informaciones más consoladoras del mundo: “Si usted ha bebido demasiado, los mexicanos han inventado dos ingeniosos remedios. El caldo picante de camarón es muy popular para aliviar la resaca. Pero si se busca algo más drástico, por unos pesos puede recibir una descarga eléctrica que le quitará la borrachera de golpe”.

En fin, yayayayai, manitos. Viva México, pinche guey. Y viva Zapata. Para allá voy volando, cuates del alma. Esperadme.

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sábado, 3 de diciembre de 2011

LA VARITA MÁGICA


En nuestro ambiente global de pesimismo y pesadumbre, muchos políticos se han acogido a una frase que mezcla la sinceridad con el cinismo: “No tengo la varita mágica para solucionar los problemas”. De acuerdo, no resulta fácil conseguir una varita mágica, a no ser la que viene en el juego de Magia Borras. Pero si no tienen ustedes la varita mágica, dejen paso a quienes la tenemos.

Después de reflexionar durante algo menos de una hora, creo haber encontrado la solución al problema del paro en España, y calculo que se trata de una solución exportable a cualquier país del ámbito capitalista, incluidas China y Corea del Norte. La solución es tan sencilla que me cuesta asumir que no se les haya ocurrido antes a las mentes filantrópicas que nos rigen: conceder a todos los parados un cargo público. Tan fácil como eso: millones de concejales, ministros a centenares, subdirectores a mansalva, subsecretarios a porrillo, consejeros a espuertas, viceconsejeros en tropel… En el peor de los casos, cada parado podría ser concejal de sí mismo: “Me llamo Pedro Pérez y soy concejal delegado de Pedro Pérez. La función de mi concejalía consiste en resolver los problemas específicos de Pedro Pérez”, y así con todo el censo de parados, salvo que el interesado prefiriese seguir siendo un ciudadano menesteroso y melancólico en vez de una estrella solvente de la gestión pública.

Una vez convertidos todos los parados en políticos, sería cuestión de asignarles un sueldo acorde con su jerarquía, de arreglarles un plan de pensiones tranquilizador, de habilitarles un despacho, de ponerles a la puerta un coche oficial para usos más o menos institucionales, de fijar el monto de sus pagas extra, de suscribirles un seguro médico privado, de asignarles unas dietas para cuando tengan que tomarse más molestias de las habituales, de facilitarles una tarjeta de crédito para que puedan comer y convidar gratis en los restaurantes de confianza y hospedarse en hoteles confortables cuando anden por ahí de misión especial, viajando por supuesto de balde, y a ser posible en primera; de buscarles un puesto complementario en alguna empresa pública, que tan beneficiosas resultan, etcétera, porque nunca se sabe con exactitud qué necesidades pueden presentárseles a los políticos en el curso incierto del ejercicio de sus funciones.

Ese desembarco masivo de parados en la política activa traería consigo una agilización de la gestión pública, porque sólo tendríamos que salir a la calle para cruzarnos con algún ministro o consejero y exponerles nuestras tribulaciones específicas; activaría, además, la ilusión democrática de la gente, porque no hay ciudadano más contento con su trabajo que un político.

¿Tan difícil era caer en la cuenta de esta solución? Pero no hace falta que me den las gracias. Uno es así.


(Publicado hoy en prensa)