lunes, 20 de febrero de 2012

REUNIDO







El poeta Coleridge sostenía que los seres humanos se dividen fundamentalmente en aristotélicos y platónicos. No sé, es posible. Pero también es posible que se dividan entre los que están reunidos y los que llaman por teléfono a los que están reunidos.

Llamas al subsecretario de un vicesecretario y te dice su secretaria: “En este momento está reunido”. Y ahí te quedas tú con el enigma de la índole de esa reunión inviolable. Vuelves a llamar al cabo de una hora, pero la reunión prosigue, según vuelve a informarte –con un matiz menos amable en el tono- la secretaria del subsecretario del vicesecretario. Pasada otra hora, te atreves a llamar por tercera vez, pero la secretaria –en tono ya abiertamente insolente- te informa por tercera vez de que está reunido, con lo cual ya empiezas a preocuparte, porque debe de tratarse de un asunto de bastante envergadura. En un achaque de pesimismo, te irritas por haber perdido toda la mañana en una gestión infructuosa. Pero al instante se instala de nuevo el optimismo en tu ánimo: podría haber sido peor. Podría haberse dado el caso de que también estuviese reunida la secretaria del subsecretario del vicesecretario, de modo que no te hubieras enterado siquiera de que el subsecretario del vicesecretario estaba reunido. Algo es algo.

Por desgracia, no todo el mundo puede acogerse al concepto de estar reunido. En principio, se requiere una sala de reuniones, aunque luego la reunión tenga lugar en un restaurante, que es una modalidad de reunión muy apreciada por la clase dirigente, en buena medida porque la comida sale gratis, igual que en los centros de beneficencia, pero a la carta, incluido el marisco. También se necesita una secretaria que atienda el teléfono para poder informar a los inoportunos de que el jefe está reunido, ya que sería indigno de un jerarca el tener que decir él mismo, en persona, o sea, con su propia voz, que en ese momento está reunido, y más si de fondo suena la melodía de una máquina tragaperras, porque resulte que el tipo está reunido en la barra de un bar, ya que un jerarca puede estar reunido donde le dé la gana, que es lo que le distingue de un tipo corriente: tú estás con una gente en un bar y no estás reunido, por muy reunido que estés, sino que estás simplemente en un bar, igual que los borrachines. No está reunido quien quiere, en fin, sino quien puede.

Lo primero que aprende cualquier persona a la que el azar sienta detrás de una mesa de despacho es a estar reunido, ya que dispone de experiencia: el mismo día en que fue designado para el cargo en cuestión, tuvo que reunirse con un jerifalte que le dijo: “Pérez, hemos puesto nuestra confianza en ti”. Y Pérez se conmovió ante aquella confianza: ya tenía derecho a estar reunido. Y empezó a reunirse. Y a su secretaria se le gasta la boca de decirlo: “En este momento está reunido”, que es una frase que subliminalmente suena a triunfo, a gloria, a decisión decisiva… Reunido.

Siempre ha habido clases, y siempre las habrá, no sé si me entienden: ayer mismo iba yo paseando con mis sobrinas y con su perro por el parque y me llamaron por teléfono desde un organismo oficial. “Lo siento”, dije, “en este momento está reunido”, porque se ve que tenía agudizado yo el afán de venganza. Pero, antes de terminar la frase, el perro le ladró a una perrita que apareció por allí, al tiempo que mis sobrinas me pedían que les comprase unas chucherías en el kiosco ante el que pasábamos, de cuyo interior emanaban los ecos de los grandes éxitos de Los Chichos, de modo que toda la farsa se me derrumbó a lo grande. Por querer presumir de estar reunido, como si eso fuera tan fácil.


.

13 comentarios:

Silvio SALVATICO dijo...

Así es. Encima alguno va de vacaciones a la Isla Reunión, la cuestión es fardar.
Hace poco fui al Gobierno Regional por una gestión , la funcionaria que llevaba mi tema no estaba, llego al cabo de media hora, me dijo ¿ Lleva mucho tiempo ? No, llevo 5 min. , hace 10 min. salí a tomar un café y fumar un cigarro me respondió . Me salió la gestión redonda y a los pocos días resolvieron mi problema . Si la llego a decir que llevaba 30 min esperando , la habría ofendido y podría haber retenido mi gestión. La mentira parece ser una virtud. saludos

Anónimo dijo...

En aquellos tiempos en los que no había ordenadores, la gente no se reunía, no como ahora.
En los tiempos desdichados en los que no había ordenadores, las personas hablaban, intercambiaban opiniones, objetivos (ésto tampoco se decía así, se decía ideas), puntos de vista y se llegaba a un acuerdo, o bien en el despacho del jefe (sólo había uno), o en el de uno de los empleados algo más relevante, o al lado de mi mesa de secretaria empresarial. Reuniones he visto muchas, pero no se les reconocía como tal, hablaban de trabajo, nada más y nada menos, y siempre o casi siempre atendían al teléfono, éra su obligación....En fin, éra otro mundo..
PD.- Tengo cincuentaytantos, no hace tanto de ésto..no llega a los treinta años el escenario.-
LONDRES.-

Anónimo dijo...

Añado fantasmagorico, Si te quejas a una compañia telefonica o te quieres dar de baja en internet nunca pillas el mismo interlocutor
LOM, chao

Juji Mogar dijo...

¡Es tan bueno! No he parado de reir. Y no de alegría. Es una frase, ("está reunido") que no paro de repetir y que no paro de oír.
Ha sido genial.

Bertha dijo...

jeje, esto es rizar el rizo.Pero en este caso te salio el tiro por la culata.Como se suele decir, una para aprender y otra para que no se te olvide...

-Que asco de fantasmas, de esa guisa hay muchísimos.Pero bueno en este mundo tiene que haber de todo.

Muy bonita esta reflexión, me encantan tu fina ironía.

Abrazos.

Marcos Matana dijo...

"Porque muchos son los llamados pero pocos los escogidos". (Mateos 22:14)

juanjo dijo...

Me hubiera gustado leer tu texto hasta el final pero tenia una reunion urgente..lo siento
Un fuerte abrazo

José Luis Martínez Clares dijo...

Hace años, un señor llamó a la puerta preguntando por mi padre. Entré para informarle de la inesperada visita y regresé con instrucciones precisas.
- Mi padre dice que no está.
Esas eran las "reuniones" de los pobres.
Saludos.

hiparco dijo...

El derecho a estar reunido y no ser inquietado por ello es cada vez más caro, hasta el punto de que el agente policial antidisturbios en medio de la vía publica puede inquirirte con un "disuélvase" cuando no darte un mamporro en la cabeza, por muy diecisiete años que tengas; así que cada cual reúnase en su propia casa, no conteste al teléfono, pase desapercibido, a pesar de las motivaciones que el panorama suscita hacia todo lo contrario, porque en efecto el derecho de reunión cae bajo cierta sospecha según quien lo ejerza y donde.

Microalgo dijo...

¿Cómo?

Una reunión con los Chichos es una reunión al más alto nivel.

¿Que no?

J.A. González dijo...

Os recomiendo utilizar la frase "está operando" o "ese día tengo una intervención". La una y la otra son como llaves que pueden cambiarte una cita en el taller al día que tu quieras, a la hora que tu quieras, o abrir la comprensión y empatía, casi hasta puntos serviles, del interlocutor telefónico...

Siempre ha habido clases. Pasear con las sobrinas puede llegar a ser una operación delicada... Lidiar con un hijo adolescente es una intervención de alta precisión y riesgo...

Marcos Matacana dijo...

Sr. Benítez Reyes, perdónenme usted y sus lectores por la "-s" tan fina y culta que le he colocado a San Mateo en mi anterior comentario. Como hablando no pronuncio ni una, cuando escribo se me va la mano y parezco Omaíta, a pesar de ser profesor de Lengua (ya, ya, "así va la educación...", "en casa del herrero...", etc.).

FBR dijo...

Muchísimas gracias por los comentarios.
(Os dejo. Tengo una reunión.)