Ana Mato no vio el Jaguar de su marido.
Tania Sánchez no vio la empresa de su hermano.
Rajoy no vio a Bárcenas.
El recién jubilado Alfonso Guerra nunca vio a su hermano Juan.
En Blesa no se fijó nadie.
Nadie miraba a Urdangarín.
La exreina no miraba al exrey y viceversa.
Nadie se paró a observar a los Pujol.
La gente sólo se fijaba en las gafas oscuras de Fabra, no en Fabra.
Etcétera. Etcétera. Etcétera.
¿Y aún reclamamos más transparencia?
2 comentarios:
Pero todos miraron el nido del cuco
Lo comenté en uno de mis relatos: El monstruo de las diez cabezas; Dios y sus diez mandamientos. Aquí lo dejo.
Estamos de acuerdo.
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