En nuestro ambiente global de pesimismo y pesadumbre, muchos políticos se han acogido a una frase que mezcla la sinceridad con el cinismo: “No tengo la varita mágica para solucionar los problemas”. De acuerdo, no resulta fácil conseguir una varita mágica, a no ser la que viene en el juego de Magia Borras. Pero si no tienen ustedes la varita mágica, dejen paso a quienes la tenemos.
Después de reflexionar durante algo menos de una hora, creo haber encontrado la solución al problema del paro en España, y calculo que se trata de una solución exportable a cualquier país del ámbito capitalista, incluidas China y Corea del Norte. La solución es tan sencilla que me cuesta asumir que no se les haya ocurrido antes a las mentes filantrópicas que nos rigen: conceder a todos los parados un cargo público. Tan fácil como eso: millones de concejales, ministros a centenares, subdirectores a mansalva, subsecretarios a porrillo, consejeros a espuertas, viceconsejeros en tropel… En el peor de los casos, cada parado podría ser concejal de sí mismo: “Me llamo Pedro Pérez y soy concejal delegado de Pedro Pérez. La función de mi concejalía consiste en resolver los problemas específicos de Pedro Pérez”, y así con todo el censo de parados, salvo que el interesado prefiriese seguir siendo un ciudadano menesteroso y melancólico en vez de una estrella solvente de la gestión pública.
Una vez convertidos todos los parados en políticos, sería cuestión de asignarles un sueldo acorde con su jerarquía, de arreglarles un plan de pensiones tranquilizador, de habilitarles un despacho, de ponerles a la puerta un coche oficial para usos más o menos institucionales, de fijar el monto de sus pagas extra, de suscribirles un seguro médico privado, de asignarles unas dietas para cuando tengan que tomarse más molestias de las habituales, de facilitarles una tarjeta de crédito para que puedan comer y convidar gratis en los restaurantes de confianza y hospedarse en hoteles confortables cuando anden por ahí de misión especial, viajando por supuesto de balde, y a ser posible en primera; de buscarles un puesto complementario en alguna empresa pública, que tan beneficiosas resultan, etcétera, porque nunca se sabe con exactitud qué necesidades pueden presentárseles a los políticos en el curso incierto del ejercicio de sus funciones.
Ese desembarco masivo de parados en la política activa traería consigo una agilización de la gestión pública, porque sólo tendríamos que salir a la calle para cruzarnos con algún ministro o consejero y exponerles nuestras tribulaciones específicas; activaría, además, la ilusión democrática de la gente, porque no hay ciudadano más contento con su trabajo que un político.
¿Tan difícil era caer en la cuenta de esta solución? Pero no hace falta que me den las gracias. Uno es así.
(Publicado hoy en prensa)
10 comentarios:
Ningún cargo político es sometido a ERE, ellos tratan de mantenernos sumisos, pilotar una nave en la que se pueda obtener venta de deuda para pagar sus sueldos es el gran objetivo, por eso ha entrado Bildu en el sistema , no son los primeros, no son los más listos pero son maestros en el engaño. Ahora están temerosos por los indignados y por los acontecimientos del norte de Africa. No se arrepienten de sus actos. Sin embargo ver a Gadafi arrepentido ante la inminente muerte de su vástago al ser apresados les da mucho que pensar, al fin y al cabo el coronel era un amigo de los capitalistas y nadie es inmortal. Saludos, Manuel Eugenio
Permítame una sugerencia a su "modesta propuesta". ¿Podríamos añadir la exención fiscal universal? Extender el privilegio del que gozaban los monarcas a la totalidad de la nación contribuiría a la felicidad de los pueblos.
Felipe: este artículo ya me impresionó por su lucidez e ironía el sábado en Ideal de Granada. Ahora, lo releo con el gustazo de quien regresa a un lugar sólo para comprobar que su belleza sigue intacta.
Yo me pido Subdirector General de Ensaladillas Rusas, siempre que pueda meter el presupuesto de picos (desbordado pero necesario, no se trataría de una Subdirección General que fuera necesariamente rentable) dentro de un capítulo, especialmente bien subvencionado, de dietas (económicas, no gastronómicas, ojito).
Oh, lo que íbamos a alardear en el orbe todo de tener una Subdirección General así. Eso denotaría una confianza sin límites (rayana en la chulería) en nuestras posibilidades de crecimiento, lo que animaría, sin duda a los mercados.
En fin, que me parece buen plan, si se me nombra Subdirector General de Ensaladillas Rusas. Si no, el plan es una caca y es absolutamente descabellado, hombre ya, a quién se le ocurre tamaño sinsentido.
Uh. Me falta una coma detrás de "sin duda".
O como diría Cyrano: me falta una rima en "ado".
Buenas tardes Felipe:
Has encontrado la solución perfecta, tan sólo te has olvidado de un pequeño detalle, de que si le damos un cargo público a todos y cada uno de los españoles quedarían muchas plazas por cubrir y ello nos obligaría, necesariamente, a contratar a millones de inmigrantes para emplearlos en la cosa pública. Y una cosa más, yo no valgo para subsecretario general, pero el ministerio de Economía y Hacienda me viene que ni pintado. Un abrazo
Primitivo
Total, para los cargos políticos no hace falta tener formación ni instrucción alguna...únicamente se precisa no servir para nada.
Un saludo
Una idea maravillosa, para exportar (excepto a Alemania, que allí van de sobrao, de listillos, pero bueno, como la idea es suya, le pertenece a Vd. decidir), qué duda cabe.
Pero, y si sale entre éstos otra como Dolores de Cospedal (para quitar hasta el hipo), otro al estilo Bono (y su inenarrable "a mí la legión", española, claro), o soplagaitas al modo de Durán y Lleida (sin palabras), o como Fabra, el que compra la suerte (menos palabras aún),
Uno de la Judería
Gracias por los comentarios.
Me he reído de buena gana con este articulo... Ya me pasó con algunos de "Papel de envoltorio"... Mañana creo que iré a una librería a buscar libros de FBR... Deben de ser una varita mágica para conjurar las amarguras de estos tiempos. Enhorabuena, FBR
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