viernes, 2 de abril de 2021

UNA RESEÑA

 


Ana Rodríguez Fischer, hoy, en EL PAÍS / Babelia: 

https://elpais.com/babelia/2021-04-02/majaretas-y-charlatanes.html


Creo que sólo está accesible para suscriptores. La copio:

MAJARETAS Y CHARLATANES

Son dos tipos humanos que parecen necesitarse mutuamente o al menos mantener entre sí cierta dependencia. Así lo percibimos en La conspiración de los conspiranoicos, novela protagonizada por cinco amigos que, en plena pandemia, se dedican a analizar la situación, recogiendo las múltiples noticias y opiniones que van aflorando, valorándolas y elucubrando sobre los oscuros propósitos que esconden o los intereses a que sirven, dando rienda suelta a disparatadas hipótesis y llegando a conclusiones no menos chocantes.

Los materiales proceden en gran medida de la realidad que estamos viviendo y el acierto de Felipe Benítez Reyes es organizarlos conforme a un designio inequívocamente literario. Empezando por los personajes: Montse Montenegro, maestra en una guardería, viuda y muy dada a fantasías espirituales de diversa índole; Beltrami, de elevada alcurnia pero que fue dependiente raso en un bazar chino; Mangoli, acrónimo de Manuel González Lira, muy versado en cientifismos, trabaja en la Diputación Provincial coordinando eventos, aunque lleva un año de baja por depresión; Tomi Guerra, profesor de literatura en secundaria, colabora en el Diario de Cádiz y es autor de una novela histórica, y Lorenzo Aguado Menéndez, propietario de una gestoría y narrador de la novela.

El segundo acierto es articular todo el discurso a partir de la tertulia mensual que mantienen estos amigos que se conocieron en un taller literario y que, por motivos paranoicos, pasa a ser ambulante. Benítez Reyes toma la tradición satírica del XVIII y articula esta hilarante crónica a partir de una tertulia provinciana. Los espacios que la acogen o el rito que la preside añaden variedad y amenidad al relato, pues en cada sesión un tertuliano pronuncia un discurso que después se debate, proyectando la especulación hacia el trascendentalismo religioso o la ambición enciclopédica. Por último, el lenguaje o la maestría de Benítez Reyes en el manejo del humor, la ironía y la parodia. Como adenda, un divertido desenlace novelesco.

    Y ahí lo dejamos, que diría un contertulio.

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