viernes, 12 de marzo de 2021

LA MUJER EN LA LUNA



No había visto esta película muda, de 1929, de Fritz Lang, con guion suyo y de su mujer Thea von Harbou.

Me parece un prodigio de la fantasía, con sus inevitables candideces futuristas y con sus imprevistas anticipaciones tecnológicas.

Hay quien le achaca un exceso de metraje (170 minutos en la versión restaurada), pero quizá hay que tener en cuenta que quien iba al cine en 1929 lo hacía con el ánimo de quien se adentra en una gruta encantada parecida a la cervantina cueva de Montesinos, sin prisas, dispuesto a dejarse fascinar durante el tiempo que hiciera falta por aquel ilusionismo novedoso. (Y, además, se podía fumar en la sala.)

Es cierto que en la primera mitad se demora mucho la acción, pero, en cuanto los protagonistas pisan territorio lunar, el cuento -es eso- se vuelve fascinante.

Y se transforma uno en el maravillado espectador infantil que una vez fue cuando se apagaban las luces, se iluminaba la pantalla y deseaba que aquello no acabase nunca.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Y se transforma uno en el maravillado espectador infantil que una vez fue..."

Querido Felipe:
Muchos de los que nos acercamos a los 60 tuvimos esa suerte, la de ser verdaderamente niños. Esa "sorpresa" que ahora no veo y que nos hacía mejores, es difícil de recuperar. Era un fabuloso motor, ahora averiado. Cuando escribo, es lo que me hace avanzar, como esos viejos intrabordas diesel de algunas embarcaciones de madera. Aquel "po, po, po" infalible, constante y contemplativo que encajaba tan bien en el resto de la orquesta de aves, oleaje y viento. Ya no hay asombro, ¿cómo es posible?
En fin, perdone usted el pesimismo.
Un abrazo,
Carlos

José Antonio López Rastoll dijo...

Curiosa película de hace casi un siglo.

Un saludo.

Quim dijo...

La escena del despegue me recordó Objetivo la luna de Las aventuras de Tintín. ¿Es posible que Hergé se inspirara en esta película de Lang para sus dibujos?