lunes, 13 de junio de 2016

RESPETO Y PORCENTAJE




 (Publicado el sábado en prensa)


Comprendo que un sábado no es el día idóneo para citar a Aristóteles, pero recordemos aquella frase que abría su “Metafísica”: “Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber”. Lo curioso es que ese anhelo de sabiduría puede estimularlo cualquier cosa, incluida una compañía eléctrica, por lo que les cuento… La empresa que amablemente me suministra la electricidad acaba de mandarme una carta en la que me anima a sustituir las bombillas incandescentes por bombillas led, con el argumento de que estas últimas “respetan la intensidad, la calidez y el color de luz que tú prefieres para la decoración de tu hogar”. Eso está bastante bien: que las bombillas respeten, porque más vale no imaginar un comportamiento irrespetuoso por parte de las bombillas. Dentro de ese clima de respeto, en fin, mi compañía eléctrica me sugiere respetuosamente el uso de unas respetuosas bombillas led, y respetuosamente sopeso su oferta.

            Hasta ahí todo en orden: las bombillas led, el respeto… Lo misterioso viene cuando me aseguran que con esas bombillas no sólo reduciré mi consumo de energía en un 80%, sino que además mi factura eléctrica podría reducirse en un 10%. Reconozco que las matemáticas nunca han sido mi pasión, pero me atrevo a sospechar que hay algo anómalo en esos porcentajes. Una voz de origen parapsicológico me susurra que algo no cuadra, que algo chirría, que hay un factor poco respetuoso en esa propuesta… De modo que, según pronosticó Aristóteles, se me activa el deseo de saber. En concreto, el deseo de saber por qué motivo, si ahorro un 80% de consumo, sólo ahorro un 10% en la factura, cuando se supone que ambos ahorros deberían ser no digo que equivalentes, porque la candidez tiene un techo, pero sí al menos proporcionales. De sobra entiende uno que a las compañías eléctricas hay que pagarles incluso cuando tenemos la luz apagada o cuando nos abastecemos de energía solar. 

              De sobra se resigna uno a comprender que un oligopolio no se dedica a vender una materia tan abstracta y tan lírica como lo es la luz por motivos abstractos y líricos. De sobra sabe uno, en suma, que existe un enigmático déficit tarifario que debemos purgar entre todos, como si ese déficit fuese una versión eléctrica del Pecado Original. Pero lo que se entiende peor es el planteamiento: que consumamos menos para que la compañía pueda multiplicar sus beneficios. Ni al jefe de la organización criminal Spectra se le hubiera ocurrido una maniobra tan sutilmente retorcida como la ideada por los cerebros de Endesa: que ahorres un 80% de consumo eléctrico para que la compañía pueda ganar un 70% más de lo que ya gana. Y algo que roza la genialidad mercantil: ni siquiera te regalan las bombillas led, las respetuosas, sino que te las venden.

            Hay días, en fin, en que es mejor no acordarse de Aristóteles.

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4 comentarios:

pepemore dijo...

Creo que la mayor parte del consumo energético de una vivienda se la llevan los electrodomésticos y, en caso de que utilices radiadores eléctricos, la calefacción. La iluminación no llega a ser el 15% del total, de modo que aunque decidieras alumbrarte con velas (bien por ser de natural inclinado al romanticismo, bien por llevarle la contraria a la compañía, que presume de conocer la intensidad y el color de la luz que te gusta), no conseguirías reducir mucho tu factura.

Microalgo dijo...

Pero pavoroso del todo.

Alfred Goula dijo...

Respetuosamente Felipe, si como apunta José Pedro las bombillas representan el 15% del consumo total y ahorras un 80% en el consumo de estas, reducirás el consumo total en un 12%.

FBR dijo...

Sí, pero en la publicidad no desglosan el porcentaje. Simplemente ponen: "Reducirás tu consumo de energía en un 80%".
Y eso no pasa de ser una burda publicidad engañosa, creo.