El presidente de EEUU acaba de
indultar a un pavo. Como ustedes saben, se trata de una tradición entrañable y
misericordiosa vigente en aquellas tierras. La instauró en 1989 el presidente
Bush, padre del también presidente Bush, que tuvo menos miramientos con los
iraquíes –por no señalar a nadie en concreto- que con los pavos autóctonos. Los
pavos cuentan en EEUU con la Federación
Nacional del Pavo, organismo que tal vez no resulte
equiparable en relevancia logística a la NASA o la
CIA, pero que a los pavos les sirve para salvarle la vida,
una vez al año, a uno de sus congéneres, en una fecha previa al holocausto de
la especie, holocausto que tiene su pico estadístico en la víspera del día de
Acción de Gracias, esa festividad que es la que menos gracia les hace a los
pavos norteamericanos.
No
estoy seguro, pero creo que el hecho de indultar a un pavo justo antes de
sacrificar a millones de pavos representa con bastante exactitud la esencia de
la lógica política, en el caso de que la política se asiente en algún tipo de
lógica: camuflar la crudeza de la realidad con la exhibición de un falseamiento
anecdótico y optimista de la realidad.
Aquí
no indultamos pavos, pero tenemos tendencia a indultar a pájaros de cuenta.
Hace unos días, 45 diputados valencianos solicitaron el indulto para un
exalcalde condenado por prevaricación y falsedad en documento público.
Preguntado uno de ellos por el fundamento moral de esa petición, su respuesta
no pudo ser más conmovedora: “Porque es amigo mío”. Cabría objetarle que los
amigos deben demostrar su afecto a los corruptos llevándoles bizcochos -o
incluso un pavo- a la cárcel, pero no intentando librarlos de ella, sobre todo
si el amigo del corrupto en cuestión tiene la encomienda popular de velar por
los intereses comunes y por el cumplimiento de las leyes, a pesar de que él se
atribuya por su cuenta la misión de velar por el bienestar de sus colegas
corruptos, lo que no deja de ser una variante humanitaria de la prevaricación.
Es lo mismo que si un presidente de Estados Unidos indultase a una lechuga en
vez de a un pavo con el argumento de que está a favor del vegetarianismo. Cada
cosa es lo que es. “No me agrada que nadie vaya a la cárcel por cuestiones
políticas”, ha declarado otro de los diputados compasivos, a quien cabe
presuponerle que tampoco le agrada que un ladrón de bancos vaya a la cárcel por
asuntos bancarios.
Que unos políticos soliciten el indulto para un político
corrompido y condenado sólo puede tener, en fin, una explicación: que están todavía
en la edad del pavo. De modo que, aprovechando esa circunstancia, lo más
sensato es que se afilien cuanto antes a la Federación Nacional
del Pavo de EEUU y, una vez dentro, procurar que el presidente de allí indulte
anualmente a un político corrupto español en vez de a un pavo, con el argumento
de que ambos son, a fin de cuentas, unos seres irracionales.
4 comentarios:
Hay pavos inindultables.
(Hay que ver lo que me ha costado componer la palabra "inindultable". Es que es lunes, tengan misericordia).
No es moco de pavo que se pida indulto para un corrupto con tan mayéustica suerte; una suerte del carajo -por lo menos-, navidad sí navidad también, la fortuna le visita en forma de décimos agraciados con el primer premio. Anda que no, eso sí que es tener potra.
¡Y tiene hasta una hija preciosa! (de derecha no, lo siguiente).
Uno de la Judería
Buenas noches Felipe,
Le escribo aquí porque no encuentro correo para ponerme en contacto de otra forma.
Mi nombre es Jose Manuel Prada, soy gaditano aunque roteño de adopción desde los años de Universidad. Hace unos meses empecé a barruntar un documental sobre Cádiz, desde un punto de vista que no había visto reflejado antes, y pensé que podía ser interesante, aparte de por el documental en sí, por las respuestas que podía obtener durante la investigación y desarrollo del mismo. Espero durante su desarrollo aprender algo más sobre nuestra tierra.
Profesionalmente me dedico al sector audiovisual y de la música, y tenía una espinita clavada con esta tierra que tantos sentimientos encontrados me despierta y creo que, a mis 35 años, por fin he encontrado un motivo en esta idea que tanto me apasiona. Hace tres años escribí y dirigí la serie Jindama, que no se si conoce, a caballo entre 1812 y 2012, y que hicimos prácticamente sin ayuda. Quería hacer algo diferente, nada de graciosos deambulando por pantalla, sino un thriller de misterio con tintes históricos, ambientado en Cádiz. Tras dos temporadas, y aunque el compromiso de las distintas administraciones de mover la serie jamás se dio, al menos ha podido verse más allá de Cortadura, lo curioso en que en foros extranjeros está gustando. Aquí puede verla (aunque dice segunda temporada, puede empezar por ella, por el capítulo "Preludio") https://vimeo.com/channels/jindama
Cuatro años después, tras muchas preguntas que me surgieron y que se unieron en mi subconsciente a otras que ya vivían en mi cabeza, he visto el leiv motiv claro para este documental del que le hablo y que actualmente se halla en fase de investigación. En resumen, es un estudio del por qué, tras 200 años de crisis, seguimos en un estado de conformismo y acomodamiento. Es un estudio de las contradicciones que se dan en esta tierra, de las razones climáticas, históricas, sociales, etc, que hacen que tengamos esta forma de ser tan particular.
Por eso le escribo, para pedirle si podríamos tomarnos un café, para contarle con más detalles la idea y proponerle su colaboración en el documental, -sigo habitualmente su blog y su forma de ver las cosas me parece interesantísima-.
Sin más, y agradecido por su tiempo, espero que su respuesta sea positiva. Un saludo.
Jose Prada
Ciertamente, hasta que no se tomen medidas serias, los políticos seguirán pavoneándose como si nada.
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