domingo, 9 de octubre de 2011

ESTE OTOÑO SIN SIGNOS OTOÑALES

Con este verano... ¿póstumo?, tan insistente aquí, los árboles deben de andar locos por dentro, como lo anda uno con esta indecisión meteorológica -y a veces incluso sin ella.

Miras los árboles de hoja caduca y se te ocurre que las hojas estarán preguntándose "¿Nos caemos o no nos caemos?".

Alguna que otra seguro que entretiene la fantasía de que igual resulta que es inmortal: "Como no me caigo...".


De momento, en fin, ahí siguen, dorándose, en suspenso, tan en la vida como en la muerte... como cualquiera.

4 comentarios:

Hugo Enojo dijo...

Es cierto Felipe, como cualquiera...
Sin contar a la mayoría inmensa que nunca se preguntan nada, que son destino del viento que los lleva.
Saludos Maestro

José Luis Martínez Clares dijo...

Un verdadero poema, de esos que se agarran a lo cotidiano con una leve ambición de armonía. Abrazos.

Microalgo dijo...

No se preocupe, Maese Benítez. Ya vuelve a soplar el levante y, aun a riesgo de hacer una rima pésima, a ese viento no hay quien lo aguante.

Unknown dijo...

Hablar del tiempo es hablar de uno mismo. Cuidate.