lunes, 7 de octubre de 2024

APARICIONES

 


(Publicado en prensa)

En buena medida, y hechas todas las salvedades, la política tiene mucho que ver a veces con las apariciones de la Virgen sobre una zarza. Me explico…

         Un día de tantos, alguien anuncia que la Virgen, bajo alguna de sus múltiples advocaciones, se le ha aparecido sobre la zarza de una finca preferiblemente improductiva y sin vallar, y a ser posible cercana a un núcleo urbano, para de ese modo facilitar las futuras peregrinaciones. A poco que haya suerte, esas peregrinaciones no suelen tardar en producirse por parte de los vecinos, con la esperanza de ser testigos de una nueva aparición, posibilidad que, por desgracia, niega la estadística: con una sola aparición, el asunto va que chuta, lo que no quita que los devotos repentinos vayan allí a rezar, a pedir favores y curaciones, o tal vez simplemente a disfrutar de unos minutos de éxtasis místico, ya sea individual o –mejor aún- colectivo. 

         Como no hace falta decir, las personas elegidas por la Virgen como beneficiarias de su aparición ascienden a la categoría de entes semidivinos mediante una especie de beatificación civil, sin necesidad de someterse a los estrictos estándares vaticanos. (Sin ir más lejos, la aparición de la Virgen a cuatro niñas en un descampado próximo al Palmar de Troya dio pie a que se armase allí la de Troya, con catedral neobarroca y papa cismático incluidos). Luego viene, en fin, el negocio, que arranca con la venta de estampas y reliquias -de la zarza en cuestión no queda ni una rama- y que, si la cosa va como tiene que ir, empieza a prosperar gracias a las donaciones de los fieles y a la Divina Providencia.

         En política también cuentan mucho las apariciones: aparece de pronto un pretendiente al poder y promete no el paraíso celestial –aunque a veces también-, sino algo más tangible: el paraíso en la tierra. Se trata de una promesa difícil de cumplir, pero muy fácil de formular, que es de lo que se trata: activar la fantasía del pueblo soberano, que a menudo está predispuesto a hacer suyas las más soberanas tonterías. 

         Al contrario que la Virgen, el aspirante al poder se hace omnipresente, para de ese modo dar cauce a su retórica publicitaria, que casi siempre lo es de redención: el denunciante del caos global que se proclama el profeta de un futuro fabuloso. De inmediato, aparecen sus fieles, convencidos de que el ejercicio de la política consiste en hacer lo que uno promete y no lo que uno buenamente puede. Pero el discurso –milagrosamente- cuela. Y no digamos si –milagrosamente- al candidato en cuestión se le aparece sobre la zarza no la Virgen, sino una bolsa con 100 000 euros. 

         Y que no acabe la fiesta.


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1 comentario:

Manuel Caldicot dijo...

Se aparecían a pastorcillas , quizás basándose en las serranillas que inventó Dante y Bocaccio , y aquí tenemos " la vaquera de la hinojosa " del Marques de Santillana , " mozas fermosas" con una cultura campesina que eran" más fácil de abducir" , luego hubo un boom de reliquias con Carlomagno y su madre cuando fueron de peregrinación a Jesuralem , y hoy sigue el negocio más vivo que nunca gracias a peregrinaciones y fiestas de la Virgen , son millones los que todos los años celebran las apariciones en España , Méjico, Bosnia , etc .
En Garabandal en 1964 muchos juraron ver a las niñas levitar , se produjo un trance colectivo , algo similar a lo que ocurrió a los grandes simios cuando descubrieron el obelisco en 2001 odisea en el espacio . Ahí esta la Semana Santa, el Rocio , el Carmen... donde se da esto del trance , hay gente pa too y que viven su vida como en una película, y si pueden creerse actores principales mejor , el afán de protagonismo es otra para de la silla , junto al negocio , lograr conversiones , en política estamos sometidos por predicadores endiosados que buscan más bien placeres mundanos que religiosos , aunque a veces vienen los dos y se sostienen mutuamente .
La imagen de las zarzas junto a las pantorrillas sirven para resaltar la humildad aldeana de las niñas , no es casualidad , los ilustradores antiguos e imagineros trabajaban sobre encargo , eran grandes artistas .