domingo, 26 de marzo de 2023

UNA FANTASÍA

 (Publicado en prensa)


Hay dos hipótesis sobre el éxito de la moción de censura promovida por Vox que llevó a Ramón Tamames a la presidencia del gobierno de España. La primera de ellas, prevalente en las tertulias de politólogos, es que se debió a un hackeo perpetrado por unos piratas informáticos rusos que convirtieron la tecla del NO en y viceversa. La segunda, tal vez más verosímil, se la debemos a los expertos en misterios insondables que suelen participar en el programa televisivo Cuarto Milenio: a la hora de la votación, los diputados y diputadas sufrieron una abducción mental transitoria por parte de unos extraterrestres, aunque nadie acierta a especificar de qué planeta en concreto.

         Lo que vino luego es de sobra conocido: una vez investido presidente, Tamames tuvo que lidiar con la pretensión de Abascal de que dimitiese y le cediera la presidencia, a lo que Tamames objetó que Abascal era demasiado joven para hacerse cargo de las riendas del país. Aquello creó un conflicto interno que a punto estuvo de terminar como terminaron los idus de marzo para Julio César si no hubiese mediado en el asunto el ministro de Cultura, que a la sazón no era otro que Sánchez Dragó. (Todos los libros escolares, como saben ustedes, fueron sustituidos por Gárgoris y Habidis, que vino a cumplir la misma función que antaño la Enciclopedia Álvarez).

A los pocos meses de redimir al país de las catástrofes ocasionadas por el gobierno de coalición, Tamames se quitó la careta: “Fui comunista y lo seré siempre, ¿qué os creíais? Soy un topo al servicio de China y de Corea del Norte, con la ayuda además de los extraterrestres”. (Extremo este que potenciaría la segunda hipótesis referida al principio). Tras aquella revelación, decretó la disolución del gobierno y mandó detener a la cúpula de Vox, que quedó a la espera de juicio por traición a la patria.

         A partir de ahí, los acontecimientos sorpresivos se sucedieron: el norcoreano Kim Jong-un desembarcó con sus tropas en Santander para iniciar la invasión de nuestra península desde el norte, en tanto que el chino Xi Jinping hizo lo propio en Algeciras para invadir desde el sur, y fueron conquistando territorios hasta encontrarse ambos a la altura de Madrid, donde proclamaron la I República Asiática de España, de la que Ayuso fue nombrada princesa del pueblo tabernario, en tanto que Tamames quedó como mandarín regente, a la espera de que la susodicha princesa alcanzase la madurez mental. Según era previsible, los socialcomunistas reclamaron su papel participativo en la nueva situación política, pero obtuvieron una respuesta hostil: si habían sido los perdedores de la moción de censura, no tenían derecho a reclamar nada.

         Y así se escribe la Historia.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y usted habla muy bien de historia, y de cine
Gracias maestro, por seguir aprendiendo con usted

Anónimo dijo...

Eres un genio cachondo y peligroso, sobre todo para los extraterrestres. Un abrazo.

José M. Sánchez-Paulete dijo...

Y con Portugal, qué hicieron?