miércoles, 1 de abril de 2020

RESIDENCIA DE ANCIANOS




Una condensación de tiempo inerte.
Un olor a cerrado y a morfina.
La memoria oscilante. Las manos temblorosas.
El grito que recorre los pasillos.
Un olor a pasado y a morfina.

La muerte que recorre los pasillos.
Los ojos que no miran lo que miran.
La mano temblorosa que modela
recuerdos temblorosos en el aire.
-Y ese olor a penumbra y a morfina...

Un olor a colonia y a morfina.
La boca que se mueve sin palabras.
El miedo que recorre los pasillos.
El ángel que recorre los pasillos
con sus alas de muerte desplegadas.

El ángel depredador.

El tiempo que ha dejado de ser vida.

(F.B.R. del libro Ya la sombra, 2018)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchos se quitan el marrón de encima internandole en una residencia , la falta de humanidad y la avaricia son la causa de todos los males .Cierto que ahora estamos todos en el bombo
Caldicot

Anónimo dijo...

"El tiempo que ha dejado de ser vida". Sí, eso es.

Arrinconados, ¿abandonados?, olvidados, ¿ajusticiados?, almacenados, ¿condenados?.

(Dice Tácito, en sus Anales de la historia de Roma, refiriéndose a uno de sus contemporáneos (no me acuerdo de su nombre), que: "Perdió su prestigio por su afán de vivir demasiado tiempo". Pues eso...