La vida suele ser corta, al menos para la mayoría de los asuntos relacionados con la vida. A causa de esa brevedad, admiramos que alguien sepa asentarse con diligencia y fundamento en el mundo, adquirir habilidades y saberes, asumir el legado de la tradición en algún ámbito profesional y abrir caminos en ese ámbito, que suele ser limitado y específico, inevitablemente especializado, porque nadie puede saber todo sobre su propia materia de trabajo o de estudio.
De todas formas, los políticos constituyen una raza aparte, circunstancia que proclamo con orgullo y asombro. A lo largo de su vida, un político está capacitado para deambular por territorios diversos sin mengua alguna de su efectividad gestora: puede levantarse como viceconsejero de obras públicas y acostarse como subdelegado provincial de cultura y deportes, lo que en absoluto constituye un impedimento para que la semana próxima sea nombrado director general de innovación y ciencia. Puede darse el caso prodigioso de que un individuo que es médico de profesión acabe como delegado municipal de urbanismo, de igual modo que puede producirse el hecho portentoso de que un arquitecto acabe como delegado municipal de sanidad, porque la tómbola de los cargos no está obligada a someterse a las estrecheces de la lógica. Es la magia, en fin, de la política, donde nadie está obligado a ser quien es, sino un emblema de algo: un abogado puede llegar a convertirse en teniente de alcalde delegado de playas, en tanto que un pastor de ovejas puede transformarse de un día para otro en delegado de tráfico, porque siempre será más fácil pastorear unos coches que un rebaño de seres irracionales. El milagro, en definitiva, de la ciencia infusa.
No faltan lenguas que difunden la malicia de que hay seres con la mente envenenada por el poder, como si llevaran puesto el anillo maléfico del Señor de los Anillos, y que son esos envenenados quienes están dispuestos a aceptar cualquier cargo con tal de no volver a una vida laboral corriente, sin coche oficial, sin dietas, sin tarjeta de crédito con cargo indirecto al contribuyente, sin secretarias, sin uso gratuito del teléfono y sin ociosas comidas de trabajo. No sé yo. Me da a mí que se trata más bien de individuos no sólo dispuestos a sacrificarse por el bien común desde cualquier trinchera (hoy agricultura y pesca y mañana gobernación y justicia, por ejemplo), sino personas que se desviven por mantener vigente la imagen del humanista del Renacimiento.
Dejémonos de una vez de suspicacias y aceptemos, en fin, la condición portátil de nuestros políticos: no importa no saber ni una palabra de algo para ser el representante social y el gestor institucional de ese algo. Ellos manejan razones que el vulgo no puede entender. Ellos están hechos de otra pasta. Exactamente, de la misma pasta que la Barbie, esa muñeca que representa el colmo de la polivalencia.
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De todas formas, los políticos constituyen una raza aparte, circunstancia que proclamo con orgullo y asombro. A lo largo de su vida, un político está capacitado para deambular por territorios diversos sin mengua alguna de su efectividad gestora: puede levantarse como viceconsejero de obras públicas y acostarse como subdelegado provincial de cultura y deportes, lo que en absoluto constituye un impedimento para que la semana próxima sea nombrado director general de innovación y ciencia. Puede darse el caso prodigioso de que un individuo que es médico de profesión acabe como delegado municipal de urbanismo, de igual modo que puede producirse el hecho portentoso de que un arquitecto acabe como delegado municipal de sanidad, porque la tómbola de los cargos no está obligada a someterse a las estrecheces de la lógica. Es la magia, en fin, de la política, donde nadie está obligado a ser quien es, sino un emblema de algo: un abogado puede llegar a convertirse en teniente de alcalde delegado de playas, en tanto que un pastor de ovejas puede transformarse de un día para otro en delegado de tráfico, porque siempre será más fácil pastorear unos coches que un rebaño de seres irracionales. El milagro, en definitiva, de la ciencia infusa.
No faltan lenguas que difunden la malicia de que hay seres con la mente envenenada por el poder, como si llevaran puesto el anillo maléfico del Señor de los Anillos, y que son esos envenenados quienes están dispuestos a aceptar cualquier cargo con tal de no volver a una vida laboral corriente, sin coche oficial, sin dietas, sin tarjeta de crédito con cargo indirecto al contribuyente, sin secretarias, sin uso gratuito del teléfono y sin ociosas comidas de trabajo. No sé yo. Me da a mí que se trata más bien de individuos no sólo dispuestos a sacrificarse por el bien común desde cualquier trinchera (hoy agricultura y pesca y mañana gobernación y justicia, por ejemplo), sino personas que se desviven por mantener vigente la imagen del humanista del Renacimiento.
Dejémonos de una vez de suspicacias y aceptemos, en fin, la condición portátil de nuestros políticos: no importa no saber ni una palabra de algo para ser el representante social y el gestor institucional de ese algo. Ellos manejan razones que el vulgo no puede entender. Ellos están hechos de otra pasta. Exactamente, de la misma pasta que la Barbie, esa muñeca que representa el colmo de la polivalencia.
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11 comentarios:
¡Enhorabuena!
Tu blog ha sido nominado para participar en la votación de los mejores blogs de Andalucía junto a otros 59 repartidos por toda la región. Puedes leer la buena nueva en este enlace:
http://www.tertuliaandaluza.com/sociedad/internet/nominados-top-5-blogs-de-andalucia/
La votación se cierra el próximo 5 de julio. Si quieres correr la voz entre tus seguidores, hemos creado algunos banners para ayudarte con la tarea. Si te interesa contacta con nosotros en: http://www.tertuliaandaluza.com/contacta/
¡Gracias por colaborar con Tertulia Andaluza y suerte!
Un saludo,
Lola
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Lola Gil
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Nuestros servicios: http://www.tertuliaandaluza.com/servicios/
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Gracias, Lola, por la noticia, que me alegra.
Hay blogs mucho mejores que este... y más ortodoxamente blogueros.
De todas formas, muchísimas gracias por incluirme entre los destacados.
Muy buena exposición y muy cierta. El día que los políticos tengan la obligación de pasar un examen de oposición, se quedan el Parlamento vacío.
Un saludo.
Perdón por mi expresión :
Dan asco, son repugnantes, mediocres,
residuos, desperdicios,ladrones,
necios,prepotentes,rabiosos,impresen-tables ... ¿sigo?.
Y si lo pongo en femenino: "PAJIN", por poner un ejemplo.
Sé que tu articulo ( si me permite el tuteo ), ha quedado más fino y educado que mis palabras sueltas.
Yo sólo tuve una muñeca: La Nancy. Me crié con tres varones y mi afición por las canicas, el piola y otros juegos pocos femeninos me hicieron ver la vida de otra manera, ! menos mal !. Aunque me hubiese gustado ( todo sea dicho ), que mi madre de vez en cuando me hubiese cepillado el pelo, como yo a mi muñeca.
Saludos, voy a ver a los simpson, a ver si me relajo un poco, jeje.
Se me olvidaba una cosa, si al menos algunos de los políticos fueran atractivos, podría echarles un piropo.
Pero ni eso, !vaya cruz!.
Hila Usted la mar de fino, Maese Benítez...
Gracias por los comentarios. Hay de todo en política, pero desde luego los hay de estos, de esta categoría de portátiles, que son desconcertantes.
Los pintoresquismos, en fin, de la pintoresca realidad.
Sr. Microalgo: gracias por el envío del libro italiano de cubierta walterista.
A mandar, Maestro.
Philippe:
Valer para todo, y no valer para nada.
☺
Algo así como una galaxia en fase de extensión, cuando más espacio ocupa, menor es su densidad.
Dicho en roman paladino "el que mucho abarca, poco aprieta", aunque total, para lo que hay que apretar...
(Bueno, hoy sí, un mes más tarde de que D. Felipe haya escrito esta entrada a mí me han apretado el cinturón, pero chisssst, que ser funcionaria es casi delito)
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