miércoles, 23 de septiembre de 2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

EL SEGUNDO HOMBRE

 

Unos amigos me han regalado este robot-corrector-estilístico para aliviarme la revisión final de la novela.
Hoy ha añadido dos adjetivos especificativos muy resultones y ha eliminado tres adverbios en -mente.

(Aquí pueden verlo en plena inspección. La información la recibe a través de las lengüetas metálicas de los pies y luego la procesa en el muelle que tiene en la coronilla.)

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domingo, 20 de septiembre de 2015

MOVILIDAD MUNICIPAL



La política española tiene algo de noche de los muertos vivientes, pero a veces se nos alegra con algunos toques de Alicia en el País de las Maravillas. 

      Como ustedes saben, una concejala del Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta ha tenido que irse a vivir a Chicago, circunstancia dramática que la ha llevado a solicitar que el consistorio le pague los billetes de avión para poder desplazarse a los plenos y a cuantas reuniones exijan el concurso de su arbitrio y perspicacia. 

         La gente, que no tiene arreglo, se ha echado las manos a la cabeza, mostrando una vez más su insensibilidad humanitaria ante los problemas que padecen nuestros políticos. Hay quien dice que cómo van a pagarse con dinero público esos desplazamientos, lo que parece sugerir la alternativa de que sea ella misma quien los abone, sin pararse a pensar en el quebranto que eso supondría para las arcas domésticas de la concejala. Hay quien alega que no se puede ser concejal de Castilleja de la Cuesta, en la provincia de Sevilla, si vives en Chicago, allá en el estado de Illinois, pasando por alto el hecho de que hoy en día existen no sólo las videoconferencias, sino también los hologramas: si podemos reconstruir holográficamente la imagen en movimiento del difunto Michael Jackson, no entiende uno cómo no vamos a poder ver la imagen virtual de una concejala de Castilleja en el fragor de un pleno municipal. Hay quien reclama que la concejala emigrante entregue su acta y ceda su sillón a alguien que viva un poco más cerca de Castilleja, como si eso de dejar un cargo público fuese tan fácil, por lo que implica de traición al sector del pueblo soberano (582 votos) que depositó en ella sus anhelos, según ha manifestado la propia interesada.

            No me consta si la concejala itinerante anunció en su programa electoral que pensaba mudarse a Chicago. Seguramente sí, porque los políticos no suelen ocultarnos ninguna información, de modo que la gente sabe siempre lo que vota. Se menosprecia, además, el cosmopolitismo que aportaría al pueblo de Castilleja el hecho de tener un representante en Chicago, y se descarta de antemano una opción tan razonable como la de promover un intercambio de concejales –a la manera de los estudiantiles- entre Chicago y Castilleja de la Cuesta.

            No sé. Estamos liando las cosas. En un mundo globalizado, no tiene nada de excepcional que nuestros concejales vivan donde quieran o donde puedan, así sea a 6.737 kilómetros de distancia, que es la existente entre la capital norteamericana y el municipio sevillano. Es más: me atrevería a decir que esa distancia hace que los problemas municipales se vean con mayor perspectiva y lucidez, sin el inconveniente de la cercanía, que muchas veces ofusca. Todos nuestros políticos deberían vivir en realidad en Chicago. En el supuesto, claro está, de que no estén viviendo allí desde hace mucho tiempo.

(Publicado ayer en prensa)

jueves, 17 de septiembre de 2015

lunes, 7 de septiembre de 2015

EL FENÓMENO



Comoquiera que los micropatriotismos están de moda, van a permitirme que les hable hoy de un extraño fenómeno que tuvo lugar en mi patria chica. Un fenómeno para el que nadie ha encontrado todavía una explicación convincente y que en su día trituró el sentido lógico de los vecinos de mi pueblo, al implicar un descoyuntamiento de todos los patrones de realidad que manejábamos hasta entonces. “¿Se les posó un ovni en el tejado del ayuntamiento?”, se preguntarán ustedes. No, afortunadamente no. “¿Sufrieron la temida invasión de las arañas mutantes venidas del espacio exterior?” Tampoco.

            El caso fue que uno de nuestros concejales se levantó un día con la mente más preclara de lo habitual y tuvo una ocurrencia menos política que psicodélica: semipeatonalizar una calle. “¿En qué consiste la semipeatonalización?”, se preguntó todo el mundo. Algunos conjeturaron que se trataría de una calle con el tráfico restringido, para uso exclusivo de los residentes con garaje. Otros, que estaría abierta al tráfico durante un horario reglamentado. Y así sucesivamente. Cada cual aportando su parecer, como en los concilios ecuménicos.

            Lo curioso es que nadie acertó. Lo que se dice nadie: la calle semipeatonal sigue abierta al tráfico sin más restricciones que las que los dueños de los vehículos quieran imponerse, que no son muchas. Bien es verdad que no se prohíbe la circulación en esa calle semipeatonal a los peatones, a pesar de haberse eliminado las aceras, pero, en fin, que cada cual asuma el riesgo que su valentía le permita, porque en nuestra calle semipeatonal no rige ni siquiera un límite de velocidad para los vehículos, de modo que quienes tienen que acelerar son los peatones, para escapar cuanto antes de esa calle sin ley. Cada vez que uno de nosotros pasa por allí, asume su condición peligrosa de semipeatón, en tanto que los vehículos no se ven afectados por ningún código de semivehiculización, y de ahí el misterio que envuelve a nuestra calle semipeatonal.

            A estas alturas, lo único que tenemos semiclaro es que el concejal que semipeatonalizó la calle pertenece a alguna congregación semimasónica o semisatánica dedicada a enloquecer la vida común, a añadir factores de desquiciamiento a la política municipal.

            Vivimos aterrados por culpa de esa calle. Vivimos en vilo. Muchos dan rodeos para no pasar por esa calle maldita, por esa calle que encierra más incógnitas que los muñecones de la Isla de Pascua. Nadie se atreve a pasear por ella por miedo a que lo pille un coche y pasar así a la historia pequeña del pueblo como el tontaina que murió atropellado por un coche en una calle semipeatonal.

            Por su parte, el concejal que la semipeatonalizó vive retirado de la vida política, riéndose sin duda de nosotros con la mueca maligna de los grandes villanos del cine de villanos. El tío.


(Publicado el sábado en la prensa)

miércoles, 26 de agosto de 2015

OPTIMISMO



Parece claro que vivimos en una sociedad instalada en el pesimismo, y el pesimismo –tanto a nivel privado como a escala colectiva- suele tener muy mal remedio, al ser menos un estado de ánimo caprichoso que la constatación forzosa de una realidad. De todas formas, creo que ese pesimismo generalizado podría contrarrestarse mediante la aplicación de una certidumbre de naturaleza un tanto paradójica: hacernos felizmente a la idea de que vivimos en un país que no tiene arreglo posible. Si partimos de ahí, si aceptamos esa evidencia, no me cabe duda de que construiremos entre todos una sociedad tan desastrosa como la presente, pero mucho más optimista, que es de lo que se trata.

            Una sociedad, no sé, en que nos haga gracia que nuestros principales estafadores, en vez de estar en la cárcel, se paseen en un yate. En que nos alegre la mañana el hecho de que nuestros más consumados corruptos tengan éxito en las urnas. En que nos colme de orgullo el que unos independentistas reaccionarios se presenten como una opción de progreso. En que nos parezca un chiste inocente el que los xenófobos se disfracen de filántropos. Una sociedad en que los redentores nos regalen el oído con la promesa de unos paraísos artificiales, aunque para ello tengamos que renunciar a los magníficos purgatorios artificiales que ya nos regalaron las anteriores tandas de redentores. Un país en que las cifras del paro nos suenen a cuento de Navidad: una tragedia que, tarde o temprano, tendrá un final feliz. Y así sucesivamente.

            Tan fácil, en fin, como eso. Nos empeñamos en ser pesimistas porque no somos capaces de empeñarnos en ser optimistas, según nos tiene avisado el gran Perogrullo. Acabamos alimentando una inquina irracional contra nuestros gobernantes, con lo piadoso que resultaría el perdonarles sus faltas y desmanes, sus ineptitudes y diabluras. Acabamos recelando de los abanderados, con lo cómodo que nos resultaría marchar disciplinadamente detrás de cualquier bandera que agite heroicamente algún padre adoptivo de esas patrias que se caracterizan por ser siempre más patrióticas que las patrias propiamente dichas. Acabamos dudando del mensaje conmovedor de quienes prometen llevarnos a todos de la mano a la mismísima Arcadia sociológica, sin valorar como deberíamos el mucho esfuerzo que conlleva el conseguir hipnotizar a la plebe con el cacareo de la gallina de los huevos de oro.

            Seamos positivos. Si aceptamos, como les decía, que nuestro país no tiene arreglo posible, el país se quedará desarreglado, porque en todo proceso revolucionario tiene que haber una víctima, pero nosotros nos quedaremos mucho más tranquilos, contentos con nuestro pesimismo optimista, o viceversa, y seremos así más civilizados, más meditativos, más razonables y, sobre todo, mucho más tontos de lo que ya somos, que es algo que nunca viene mal.

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miércoles, 5 de agosto de 2015

lunes, 27 de julio de 2015

TURURÚ



(Publicado el sábado en prensa)

Dos o tres alcaldes entrantes propusieron la bajada de los sueldos de los miembros de su corporación municipal, empezando por ellos mismos, y se han llevado su merecido y su escarmiento: tururú.


            En cualquier democracia avanzada hay que tener muy claro que los recortes salariales se inventaron para los votantes, no para los votados, que demasiado tienen ya con la humillación de someterse a un proceso electoral para poder aspirar a un sueldo digno. Un sueldo digno que otorgue no sólo dignidad a quien lo percibe, sino también alegría, porque no queremos concejales apesadumbrados que, en vez de verbenas, organicen rosarios de la aurora y que, en vez de polideportivos, se limiten a construir tanatorios. Para que las instituciones funcionen, nuestros alcaldes y concejales deben ser personas risueñas y bien pagadas, no penitenciales y mendicantes, pues el estado de ánimo institucional irradia por ósmosis a la ciudadanía, y en eso todos tenemos mucho que perder si las cosas se tuercen. Un concejal con una nómina de médico o de albañil, así sea médico o albañil en la vida corriente, es un peligro: igual ni siquiera le merece la pena levantarse de la cama para ir a un pleno, por mucho que esa asistencia se la paguen aparte. Igual ni le sale a cuenta firmar por triplicado una ordenanza. Y al limbo entonces la civilización por la que hemos luchado desde la época de los mamuts.


            Los gobernantes reacios al ahorro argumentan que los políticos mal pagados corren el riesgo de corromperse. Se trata de una premisa tan convincente como espeluznante: tener satisfecho al ladrón para que no robe, lo que si bien dice muy poco de la solidez moral de nuestros representantes democráticos, dice en cambio mucho de su optimismo moral ante el defecto de la codicia: dar por hecho que tiene fondo. Por si acaso ese argumento no bastase, argumentan también que los sueldos de los cargos públicos han de ser elevados para poder atraer a la política a lo mejor de cada casa. Claro que sí: no conoce uno a ningún premio Nobel de economía que no esté deseando ser concejal de hacienda del ayuntamiento de Valdecabrillas del Toboso. No conoce uno a ningún arquitecto de renombre planetario que no esté dispuesto a convertirse en delegado de urbanismo del ayuntamiento de Panajonosa del Duque. El problema suele ser que en todas las valdecabrillas y en todas las panajonosas del universo conocido hay mucho paro y los vecinos se adelantan al economista y al arquitecto ilustre en la ocupación de una concejalía, pues de algo hay que vivir, y que el premio Nobel y el arquitecto se las arreglen como puedan, porque el mundo, amigo mío, no es ni de lejos Shangri-La.


            Sea como sea, lo último que debe hacer un país empobrecido es empobrecer a sus representantes democráticos, porque entonces apaga y vámonos: una cosa es que seamos pobres nosotros y otra cosa es que se resignen a tener un salario de pobre quienes se desviven para que los pobres podamos disfrutar de la iluminación navideña, de un buen alcantarillado, de una gincana popular o de una rotonda. Eso hay que pagarlo. Eso hay que valorarlo como se merece.


            De modo que se impone el más incontestable de los argumentos a los demagogos de la pobretería municipal: tururú. 

martes, 21 de julio de 2015

INTERROGANTE EDITORIAL ha montado una exposición virtual de mis collages. (36 en total, de los últimos 10 años.)

Si alguien quiere asomarse, este es el enlace:

http://interrogante-editorial.blogspot.com.es/


1
2
3

ALEGORÍA: LA TROIKA


martes, 30 de junio de 2015

SUELTOS

 Aznar camina por el mundo como si fuese el hombre que mató a Liberty Valance.

La pena de haber necesitado más de medio siglo para darme cuenta no sólo de que me gusta más la Pepsi que la Coca-Cola, sino también de que no me gusta ninguna de las dos.

Cayo Lara y Alberto Garzón parecen Batman y Robin intentando venderle la burramóvil al Señor Frío.

Lo rara que es la vida: la palabra "huésped" lo mismo designa al que aloja que al alojado, de lo que se deduce que nunca se está realmente -ay- en ninguna parte.

Las sandías son las cerezas del Pleistoceno.

viernes, 12 de junio de 2015

SUELTOS DEL VIERNES

(LAS CONSECUENCIAS COLATERALES) El rey revoca el título de duquesa de Palma a su hermana.
Urdangarín se queda sin su chiste estelar.


Hay quien escribe en un post-it una frase doméstica del tipo "Voy a la panadería y vuelvo" y da por hecho que ha escrito un aforismo.

 El pacto más pactante de la parte más pactada de los pactos impactantes...

 Parece ser que el principal sospechoso de la muerte de Christopher Lee es Peter Cushing.

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martes, 9 de junio de 2015

SUELTOS

La apelación al contexto es el último refugio de quienes han soltado una barbaridad en su exacto contexto de barbaridades.


El problema principal de la narratividad política es que nunca alcanza a convertirse en un cuento de hadas del todo convincente.


El problema de los pactos entre partidos políticos es que tradicionalmente se plantean como un chantaje mutuo. A costa de lo que sea, con excepción -por supuesto- de los intereses estratégicos de quienes deberían asumir los pactos no desde una mentalidad pandillera, sino como un deber ineludible de servicio.
Si los siervos de la gleba nos tragamos a diario los sapos que nos echan los políticos, no va a pasar gran cosa por el hecho de que ellos se traguen de vez en cuando algún que otro sapo, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de nuestros representantes son sapos convertidos en príncipes gracias a nosotros.

PLANETA TIERRA
He oído decir a más de uno que Gabriel García Márquez es un escritor poco menos que de merengue y que Dickens es un novelista populachero.
He oído decir a más de dos que Nadal no sabe jugar al tenis.
He oído a varios sostener, como un dogma incontestable, que las imágenes del hombre en la Luna son de estudio.
Alguien dijo que la vida es sueño.
Estoy deseando que alguien me diga que nuestra realidad es la pesadilla de una máquina.

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viernes, 29 de mayo de 2015

SUELTOS

En los vuelos low cost, para potenciar su ambiente retrosociológico, debería haber siempre al menos un pasajero que llevase una jaula con una gallina.

Calentamiento global en el planeta de las destructoras de papel de las instituciones.

Rajoy está como Dios manda.
(Como cuando mandaba las plagas a Egipto, sin ir más lejos.)

Una solución posible para que Esperanza Aguirre toque vara de alcaldesa: embarcarse con Cospedal, con Rita, con Rus y con Monago y formar entre los cinco un ayuntamiento, con mayoría absolutísima, en la isla de Perejil.

Esperanza Aguirre debería darse por vencida y resignarse cuanto antes a que Madrid se convierta de aquí a unos días en Sanisidrogrado.

Rajoy es de esos que si les ataca un cocodrilo, cierran los ojos con mucha fuerza, convencidos de que así el cocodrilo desaparece.

La exministra Ana Palacio sitúa a Ada Colau y a Podemos en el mismo nivel de peligrosidad ideológica que el partido de Le Pen y que Estado Islámico.
(Creo, no sé yo, que en la sede central del PP deberían repartir menos sobres y más vales para una sesión gratuita de electroshock.)

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lunes, 25 de mayo de 2015