Cuando la realidad se pone más rara de la cuenta, no podemos saber si se trata en efecto de un enrarecimiento de la realidad o de un regreso al punto de partida de todo lo real.
Quisiera pensar que el punto de partida de lo real se basa en unos principios inamovibles y que, desafortunadamente, estamos supeditados a nosotros mismos y a las consecuencias de nuestros actos, tan equivocados en la gran mayoría de las veces. O, al menos, así parece últimamente.
La realidad supera a la ficción, no por lo inusual del combate sino por la dificultad de elucubrar el desenlace -escribí una vez, asombrado por el cariz enrarecido de algunas cosas que suceden, que parecerían mentira si uno no las viviese. Como si fuera verdad lo que uno pensaba o imaginaba.-
Quisiera pensar que el punto de partida de lo real se basa en unos principios inamovibles y que, desafortunadamente, estamos supeditados a nosotros mismos y a las consecuencias de nuestros actos, tan equivocados en la gran mayoría de las veces. O, al menos, así parece últimamente.
ResponderEliminarUn saludo.
paraserbreves.blogspot.com
La realidad es ya tan rara que difícilmente se puede poner más rara de la cuenta sin ayuda de un apoyo lisérgico contundente.
ResponderEliminarDigo yo.
Cuando leo "el punto de partida de todo lo real" me entra un frío de "cohones", como de camara frigorífica. Nieve, marmol, noche, vacío.
ResponderEliminarEs verdad, la suntuosidad casi nunca es inocente, siempre la pagó alguien con nieve, marmol y vacío.
Gracias de nuevo.
La realidad supera a la ficción, no por lo inusual del combate sino por la dificultad de elucubrar el desenlace -escribí una vez, asombrado por el cariz enrarecido de algunas cosas que suceden, que parecerían mentira si uno no las viviese. Como si fuera verdad lo que uno pensaba o imaginaba.-
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