domingo, 24 de enero de 2016

EL JUEGO



(Publicado ayer en la prensa)


No me gusta dar malas noticias, pero a veces no queda más remedio: la entelequia colectiva que de momento seguimos conociendo como España no está en manos de la troika ni de los especuladores internacionales, sino a merced de cuatro extraterrestres. En concreto, de unos individuos naturales del planeta Xjrietjrnsm, allá en el quinto pino galáctico. Lo saben los de la NASA, lo saben los del CNI y lo sé yo, y por eso se lo cuento a ustedes, que igual no se han enterado todavía.


            Estos cuatro extraterrestres han tomado nuestra nación de naciones como la plataforma de un videojuego. El objetivo consiste en volver locos a los terrícolas. El que lo consiga, ganará. Uno de los jugadores decide desmembrar el territorio, pongamos por caso, pero otro jugador se apresura a impedírselo con un artículo de la Constitución y con amenazas veladas de exterminio. Mientras ambos jugadores dirimen esa disputa, a un tercer jugador se le ocurre establecer una alianza patriótica entre la derecha más montaraz y la izquierda más montuna, a lo que el cuarto jugador objeta: “Eso no vale. Las estrategias imposibles no están permitidas”, pero el tercer jugador tira de reglamento y le lee la norma 4BNXXKK, apartado XX33UHJ, en la que se establece que los disparates son válidos cuando lo que está en juego es la libertad de un pueblo. Ahí vale todo. Aún no se ha resuelto el conflicto, cuando ya el jugador 2 está prometiendo a la ciudadanía la conquista del Cielo en vida, lo que provoca la sonrisa irónica de los restantes jugadores, pero se da el caso de que un buen número de terrícolas se traga el discurso celestial, de manera que las sonrisas irónicas se transforman en sonrisas heladas, y los tres jugadores adoptan la estrategia de promover un discurso alternativo: la ciudadanía sólo tiene derecho a los infiernos o, en el mejor de los casos, en tiempos de bonanza, a los purgatorios, porque tampoco se puede malacostumbrar a la gente, que al fin y al cabo es muy aficionada a votar a quien le hace la vida imposible, y no por afán de tortura en carne propia, sino porque el jugador 4 lo ha dispuesto de ese modo. 


            En la fase actual del pasatiempo, están jugando a los pactos. El jugador 1 y 2 proponen que A intente pactar con B, que es precisamente quien pretende aniquilar el partido de A, en tanto que el jugador 3 se empeña en que gobierne C, que no tiene apoyos suficientes ni para regalar caramelos en el Congreso. Por su parte, el jugador 4, manipula a D, que un día proclama su intención inamovible de no pactar con nadie y al día siguiente su voluntad de participar en un gobierno tripartito.


            Mientras tanto, los ciudadanos plurinacionales estamos a expensas de esos chalados del espacio exterior, con el temor de que al jugador 3, que es el más loquillo, se le ocurra promover como presidente de la plurinación a Bertín Osborne. Y salga.

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3 comentarios:

  1. ¡que importancia se da Bertin !, ni que fuera El Puma
    Escuché a Morgan Freeman que no es descartable que en realidad no estemos vivos, sino que somos avatares participes de un juego manejado por un descendiente de siglos posteriores.

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  2. ¿Hay perspectiva de publicación de la última hornada de artículos?
    Un anonadado lector.

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  3. Gracias por el interés.
    Sí, los reuniré en volumen, como es costumbre.
    No de inmediato.
    Gracias de nuevo.

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