CULTURA
«LA VIDA ES FASCINANTE POR LA MISMA RAZÓN POR LA QUE ES PELIGROSA E IMPREVISIBLE»
24.06.13
MIGUEL SALVATIERRA | MADRID.
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El escritor gaditano vuelve a hacer gala
en 'Cada cual y lo extraño' de un estilo brillante y una hondura sentimental
que seducen el lector
Desde hace tiempo, Felipe Benítez Reyes está
considerado como uno de los mejores escritores en castellano de la actualidad.
Y no solo por los múltiples y variados premios recibidos (Nacional de
Literatura, Loewe de poesía, Nadal de novela, Julio Camba de periodismo) sino
porque estamos ante un escritor en el sentido más amplio y estricto de la
palabra. Poesía, novela, ensayo, artículos de prensa, son algunos de los
géneros en los que vuelca una escritura exquisita y depurada.
A ese lenguaje cuidado y personal hay que
unir un agudo sentido del humor y una profunda humanidad que aportan a sus
escritos una complicidad lúcida y nada autocomplaciente. Su último libro, 'Cada
cual y lo extraño' (Ed. Destino), es una excelente ocasión para aquellos que no
han tenido la oportunidad de degustar al autor gaditano y disfrutar de su prosa
y de sus historias. Y que a los adictos a su escritura siempre sabrá a poco.
Se trata de doce relatos, uno por cada
mes del año, que emocionan y divierten al lector y que le pueden llegar incluso
a despertar alguna huella o recuerdo semioculto de su propia memoria. Los
falsos Reyes Magos de Oriente (enero), la imagen de la primera mujer desnuda
(febrero), unos carnavales tardíos y poco convencionales (marzo), el rumbo
imprevisible de las fortunas (abril), el frustrado examen de química de un
lector de tebeos de superhéroes (mayo), una noche simbólica de San Juan
(junio), un crucero de complicaciones conyugales por el Báltico (julio), el
primer amor adolescente en los cines (agosto), una mili con un brigada
'cultureta' (septiembre), pesadillas y ambientes familiares (octubre), una
delirante función geriátrica del Tenorio (noviembre) y una inoportuna cena de
empresa (diciembre).
Son relatos cortos, pero redondos y
cargados de todo aquello que puede hacer maravillosa la vida, pero también
decepcionante, caprichosa y cómica. En palabras de Benítez Reyes, «la vida
resulta fascinante por la misma razón por la que resulta peligrosa: porque es
imprevisible. Nos esforzamos en crear un parámetro de comportamiento, una guía
para la estabilidad, una rutina armoniosa y, de repente, en cuestión de
segundos, todo puede desbaratarse, para bien o para mal. Somos en esencia
inestables».
En una primera apreciación y dada la
sensación de autenticidad de lo narrado, puede parecer que en los relatos se ha
servido de su propia biografía e incluso que puede haber algún ajuste de
cuentas con una parte de su pasado. Sin embargo, el escritor lo niega: «Hay
pocos elementos autobiográficos en lo que escribo. Puedo partir de alguna
experiencia o de alguna sensación propias, pero mi meta es la ficción, no el
testimonio personal. Busco la verosimilitud narrativa, no la veracidad
biográfica».
PARADOJAS
En algunos relatos se percibe de forma
muy viva el acelerado paso del tiempo y cómo va desgarrando nuestro propio entorno
y vivencias. El resultado puede llegar a ser una tremenda paradoja: «A veces
-considera Benítez Reyes- uno tiene la sensación, con respecto al tiempo, de
que todo transcurre vertiginosamente. Otras veces, en cambio, todo parece
inmovilizado por su propia inacción, como un mantra obsesivo, como una especie
de secuencia detenida. Es lo que alguien me dijo una vez: 'Con lo corta que es
la vida, hay días que parece que no van a acabarse nunca'».
En una conversación con Benítez Reyes no
puede faltar una reflexión sobre la actualidad y este tiempo de crisis y
transformaciones aceleradas: «Algo está cambiando, sin duda. Los síntomas no
son tranquilizadores, pero ya veremos. Lo preocupante es que se malbarate de un
plumazo un entramado cultural que ha llevado décadas poner en pie. Las
manifestaciones culturales son frágiles. Son esenciales para la configuración
de una sociedad, pero acaban siendo prescindibles cuando una sociedad empieza a
descomponerse».
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Es una suerte tenerle como contemporáneo.
ResponderEliminarUno de la Judería
Sí , se trata de aborregar y que solo tengan aficiones y vicios los ricos .Empece a leer " Belmonte " de Chaves y me gustó su prologo y análisis que hace de la afición , de hecho leo este libro por melancolía taurina . Ya me gustaban sus artículos pero leer este prologo como que me obliga a comprar un libro suyo
ResponderEliminarSaludos