domingo, 11 de julio de 2010
ROYAL CINEMA
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Se hacía la oscuridad, y era el verano
entonces aún más denso: una mezcla
de fruta corrompida y mar caliente.
Pero era también, y sobre todo,
la imagen de jinetes que cruzaban
el oro degradado de un desierto,
o era un bajel en llamas,
con una media luna al fondo,
sobre un mar de artificio.
La noche de verano era una espesa
y macerada flor, y en ella había
piratas con pelucas empolvadas
y tipos con pistola, carruajes
tirados por caballos con penacho,
camino del castillo
de un vampiro galante, en Transilvania.
La noche lenta y honda del verano
eran estrellas rotas y fugaces,
un cielo de verbena, y allí estaban
los torvos pistoleros, los comanches,
el hombre de la máscara de plata
y las mujeres que expandían
un grávido perfume de pecado
por el aire sudado de la noche,
cuando se iluminaba la pantalla
y la fantasmagoría
iba tomando cuerpo en un corsario,
en un matón sombrío, en una rubia
platino que dejaba para siempre,
flotando para siempre en nuestros sueños,
un perfume vicioso de flores maceradas,
parecido al olor de los veranos.
(De El equipaje abierto, 1996)
(Por nostalgia crónica de los 7 cines de verano que hubo aquí. No quedó ni uno.)
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Nunca me repondré del cierre del Royal Cinema ¡Cómo lo hecho de menos! Era un lujo y un derroche al alcance de cualquiera ¡Qué dimensiones! Está claro que aquel cine era una ofensa para los promotores inmobiliarios, que es gente muy vengativa.
ResponderEliminarAquí (en Cádiz) el último cerró hace pocos años. Debieron ser los mismos promotores que comenta Veraneante...
ResponderEliminarContaba Téllez, si no recuerdo mal la anécdiota, que compartió una noche de cine de vaqueros con unos cuantos amigos entre los que se contaban algunos insignes. En medio de la tremenda balasera, el Beni de Cádiz le dijo por lo bajo a Fernando Quiñones "¡Fernando, cúbreme, que voy a mear!"
Hermoso poema, sí señor.
ResponderEliminarGrandioso poema, Felipe. Lo cité en mi ensayo sobre Joan Manuel Serrat (que se reeditará en otoño) cuando hablé de Los fantasmas del Roxy y de Juan Marsé. Joan Barril tiene también artículos bellísimos sobre los cines desaparecidos en Barcelona.
ResponderEliminar¿Sabes?, he he leído varias veces tu poema y es precioso, realmente precioso.
ResponderEliminarAyer fui al cine, otro cine diferente; por un motivo muy especial no tuve más remedio que ver " Noche y día" de Tom cruise y Cameron diaz.
El actor hace el papel de hormiga atómica y ella, una dulce patosa que no se entera de nada, pero que cuela por su aspecto físico y por su buena interpretación ( me imagino ).
A los dos por poco lo cogen los toros aquí en Sevilla..., jaja...;
ay dios!-
Besos.
Hace mucho tiempo que mi maletita de cartón verde desapareció entre las pelusas (¡gran tamo!) de debajo de mi cama. Dentro de ella quedaron mis palabras salidas de tu equipaje abierto (a lo penélope de Serrat, recuerdo), junto con un ejemplar envuelto en cartulina amarilla y escrito a máquina (¿lettera46?) del cine Roxy del Marsé (por el que di mis últimas 50 pesetas).
ResponderEliminarRemedios.