La teología católica no sólo nos sugiere creer en Dios, sino también en el diablo, lo cual no deja de constituir una incitación a una especie de politeísmo paradójico. “No se puede creer en el diablo sin creer también en Dios”, según señala el filósofo alemán Rüdiger Safranski, historiador del mal.
Así las cosas, el exorcista oficial de la diócesis de Barcelona llegó a afirmar en cierta ocasión que jugar a la ouija, aun tratándose –según él- de un juego del todo fraudulento, acrecienta el riesgo de ser víctima de una posesión diabólica, riesgo que al parecer no presentan el parchís ni el tute, pongamos por caso, cuyo grado de fraude depende de las malas intenciones de los jugadores, pero no del juego en sí.
De todas formas, a modo de contrapunto optimista y tranquilizador, el exorcista catalán nos informaba de que “El demonio está atado muy corto en nuestro país, que es católico”. Una noticia excelente, sin duda, porque resultaría preocupante la certeza de que el demonio anda sin rienda por nuestras diferentes autonomías.
Existen determinados indicios, no obstante, de que el demonio tiene feudos prósperos en España. En mi pueblo, sin ir más lejos. “¿En Rota?”, me preguntarán ustedes. Pues sí.
Hace años, un erudito local arriesgó la hipótesis de que el nombre de Rota podía derivar de Astaroth, topónimo más o menos fenicio, pues casi todo lo históricamente incierto y nebuloso suelen atribuirlo tales eruditos a los fenicios o a los tartesios, pueblos que flotan en un espacio intermedio entre la historia y la leyenda, que es un espacio muy confortable para determinado tipo de erudición.
Bien. En la Biblia, en el libro de Josué (13.31), se menciona Astaroth como una de las ciudades del reino de Og -allá en Basán- que fueron asignadas a los hijos de Maquir, en tanto que en el libro de los Reyes (11.5) se identifica Astaroth con una diosa de los sidonios, que es casi lo mismo que decir de los fenicios. Por su parte, Antonio de Guevara, en su Relox de príncipes, señala Astaroth como una divinidad adorada por los árabes en general. Etcétera.
Sea como sea y por la razón que sea, el nombre de Astaroth ha llegado hasta nosotros como el de un demonio que, según la Pseudo-Monarchia Demonorum de Joannes Wierus, es muy poderoso en el infierno, pues manda allí cuarenta legiones de espíritus, mientras que en la jerarquía de los ángeles caídos tiene rango de príncipe de los tronos. En el Diccionario infernal (1863) de Collin de Plancy, Astaroth se representa como un demonio coronado, fuerte y feo, que cabalga sobre un dragón y que agarra una víbora con la mano derecha a modo de cetro -aunque en la ilustración de arriba lleva la víbora en la mano izquierda.
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Según el Goetia, libro primero del Lemegeton, al demonio Astaroth conviene mantenerlo a distancia, a pesar de su poder para proporcionar respuestas fiables sobre el pasado, el presente y el porvenir, pues su aliento fétido resulta venenoso.
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Al parecer, el momento idóneo para invocar a Astaroth es un miércoles cualquiera de diez a once de la noche.
En mi pueblo, el demonio Astaroth ha prestado su nombre a una autoescuela, a un muelle pesquero-deportivo, a una calle, a un colegio, a una gestoría, a una empresa de alquiler de coches (Astarothrent) y a un premio destinado a reconocer trayectorias individuales marcadas por la ejemplaridad.
Y supongo, no sé, que si el exorcista oficial de la diócesis de Barcelona viene alguna vez por aquí, debería traerse el hisopo bien cargado.
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Muy buena entrada. Hisopo cargado de veneno será el de una empresa local cuyo nombre me encanta: Rotaplagas. Un día te ponen cucarachas, al otro ratas, al tercero langostas (aéreas, claro) y así van rotando las bíblicas plagas, como su nombre anuncia...
ResponderEliminarEsta página es una fiesta de la inteligencia.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Muchas gracias por el artículo. Muy interesante e instructivo. Ahora cada vez que pase por la carretera junto a Rota me acordaré de santiguarme y persignarme tres veces sin soltar el volante para no ser poseido por el indecoroso demonio.
ResponderEliminarY una pregunta: ¿cree usted que el demonio es un ser refinado o una criatura infame de molestos hábitos?
Un cordial saludo
PD. Tengo entendido que le gusta el rock; permítame recomendarle el ultimo disco de Quique González si aún no lo ha escuchado.
Desde luego, Rotaplagas es un buen nombre comercial, con resonacias bíblicas: sugiere exterminio, que es de lo que se trata en este caso. Claro que también puede entenderse desde la variante humorística que le das, Antonio: una empresa que proporciona plagas, lo que sería ya el colmo.
ResponderEliminarGracias, Bruno, por tu hipérbole -¿cómo van tus poemas, por cierto?
Y gracias, Andre. La imagen del demonio es complicada. Yo, fiel a la iconografía infantil, no puedo dejar de imaginarlo rojo y con rabo.
(Escucharé el disco que me recomiendas.)
Pues a mí ese Astaroth me lleva al cachondeo, se parece a un poeta andaluz.
ResponderEliminarBuen trabajo Felipe.
Un abrazo.
Me he quedado pensando en lo de la ouija y el parchís. En mi adolescencia, en las largas tarde de verano en la playa, se llegó a prohibir el juego del parchís porque todos nos dedicábamos a comernos las fichas de mi madre, que acababa siempre cabreadísima, por lo que mi abuelo (que era un gaditano -setenileño- muy católico) acabó prohibiendo el juego demoníaco para evitar conflictos familiares. Sin embargo, no veía mal que jugásemos, a la medianoche, a la ouija. Porque mi abuelo, por muy católico que fuese, no solía tener muchos tratos con los exorcistas. Y menos aún con los de Barcelona.
ResponderEliminarGracias por la entrada, estupenda como de costumbre.
Parchis y ouija aparte, enhorabuena por tu libro, José Antonio, que acabo de leer. (Me lo envió Javier.) Excelente.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Felipe. Eso sí, soy Juan Antonio, como cuento aquí. Qué alegría leer tus palabras, viniendo de quien vienen. Otro abrazo.
ResponderEliminarDisculpa, por favor, el lapsus.
ResponderEliminarY lo dicho: enhorabuena por tu libro.
Gracias, Felipe. Nada que disculpar, faltaría más. Nuevo abrazo.
ResponderEliminarCuriosidades de la vida, llego aquí por el Facebook a través del profe Juan Antonio, porque no me creía eso de calificación excelente a su libro de poesías, jeje (es broma, profe, por si lo lees, ya sabes mi opinión).
ResponderEliminarInteresante la historia del demonio Astaroth y la vinculación con Rota.
PD: Felipe, me gusta tu expresión cuidada en tu novela Mercado de Espejismos y el personaje de Corina, maravilloso.
Un saludo.
Gracias, Parsimonia, y bienvenida.
ResponderEliminarEl pasado lunes en un artículo titulado "Qimeras" se hablaba al final de su literatura tan personal y única. He disfrutado mucho sus "Oficios estelares".
ResponderEliminarMe encanta la opinión sobre las oui-jas del exorcista oficial de la diócesis barcelonesa... es todo un fraude pero CUIDADO con las posesiones infernales que puede acarrear la cosa.
ResponderEliminarY bueno, ya sabe que yo soy mucho de citas...
Matar al diablo ahora sería como decirle a un niño que ya no habrá más castigos, como invitar a la humanidad entera a revolcarse de nuevo en el fango de sus instintos. El cristianismo lo creó para hacernos circular aplicadamente por el carril del Bien. Aunque más que crearlo, lo que hizo fue adaptarlo a los nuevos tiempos de las mitologías babilonias y cananeas, otorgándole su forma más universal, como su asesor de imagen. La Iglesia, en fin, necesita al Diablo para atar los cabos sueltos, es el subterfugio que le permite explicar cómo es posible el Mal en el mundo si todo ha sido creado por un Dios presuntamente misericordioso. A alguien hay que responsabilizar del sufrimiento físico y moral del hombre, ¿no? Y ese alguien tiene un nombre. Su nombre es Legión. Si no fuera por el Diablo, Dios sería un redomado hijo de puta (Félix J. Palma: Las Corrientes Oceánicas).
Siento que sea larga (la cita), pero es que me resisto a no ponerla entera.
"Oficios estelares" es la siguiente en mi recámara. En cuanto acabe un enorme libro que tengo entre manos.
Un abrazo.
Oh, estimado "microalgo" siento pena de poner a flote tu ignorancia delante de todos los cibernautas pero es lo que mereces por tener un entendimiento tan entenebrecido. Nunca fue el deseo del Eterno que el mundo en el cual tu y yo estamos sufriera, no es Dios quien provoca la infelicidad, la desdicha, la falta de paz, el desamor entre toda la humanidad; pero ni tampoco es el diablo es el mismo hombre y si tu sufres es por tu desobediencia y si toda la humanidad sufrimos es por nustra desobediencia a una ley moral que promete darnos felicidad y una vida llena de todo lo cual ni tu ni yo tenemos. ¿Quieres conocer esa ley? ¿Quieres experimentar la paz que el Eterno da a todos los que obedecen sus divinos mandamientos? (medita esto estoy a tu disposcicion, y cuando quieras nos hechamos una buena charla talvez podamos sacar algo provechoso.)
ResponderEliminarEn Venezuela este demonio Astaroth forma parte de la corte principal de Maria Lionza, demonio que se presenta en forma de mariposa azul. iridiscente
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