¡Ja, je, ji, jo, ju! ¿Éste no es el hombre que tiene por oficio abrir las sepulturas y sepultar a los muertos? ¿No es éste el peón que, después de haber recibido el toro la estocada, da vueltas a su alrededor y, haciéndole moverse a capotazos, acelera su muerte? ¿No es su nombre común el de varios insectos coleópteros que hacen la puesta sobre los cadáveres de animales, enterrándolos para que sus larvas encuentren el alimento necesario para su desarrollo? Pues eso. ¡Ja, je, ji, jo, ju!
Me parecen muy acertadas algunas cosas que has dicho sobre Gamoneda, que se pone cargante como pocos, tuvo cosas buenas, pero últimamente se pasa unos cuantos pueblos y, claro, va sumando. Su poesía se va volviendo cada vez más gruesa, casi pesada como un enorme fardo. Lo mas crítico y mejor argumentado que ha leído contra el hace años fue en el la revista Istmo, por jacker Lortel, otro en el desparecido Diario de Andalucía por Luis Spencer y, si no recuerdo mal, también López Vega le dejo algún recadito, bueno.. tomémoslo con un buen sentido del humor, sin acritud.
Felipe, independientemente de lo de este poeta...¿qué te parecen los premios Cervantes?, ¿y los Príncipe de Asturias?.
¿No son simplemente un baño de cultura para la monarquía, especialmente el segundo?
¿No son superfluos, evidentes, simples operaciones donde es el premio el que se suele beneficiar de la fama o la calidad del personaje, y no al revés?.
Es como si a estos personajes ya famosos se les pagara para que se dejaran pasear al lado de los monarcas.
Los premios tienen la importancia que uno quiera darles, aunque es más sensato no darles demasiada.
En cuanto a los premios que conceden las instituciones públicas, el debate se complica un poco: ¿tiene derecho y legitimidad el Estado para implicarse en la jerarquización natural de la literatura?
Y la cosa se complica aún más si el ministro de cultura es además poeta, claro está, y no de los mejores.
¿Tiene derecho el estado?...El problema es que hay una colaboración necesaria de los autores, que no hacen ascos, sino todo lo contrario. No lo hizo ni Monterroso (aunque asesinó con posterioridad, por medio de una anécdota, a la ministra que le dió el Cervantes).
Y respecto a muchos premios pasteleros, que no cumplen con sus propias bases para la elección...¿no son realmente un fraude, y por tanto un delito real?
La ministra le dijo que estaba leyendo "El dinosaurio" e iba por la mitad.
Pero hay versiones:
http://usuarios.lycos.es/ferrandiz/ar030211.htm
"La ministra necesitó más tiempo, a juzgar por la versión de Luis María Anson, testigo de una tertulia de sobremesa tras acabar la entrega de los premios. "Y a ti ¿qué te ha gustado de Monterroso? ¿O qué te ha disgustado?", preguntó una de las contertulias a la ministra. "Pues todo, me gusta todo en general; es un gran escritor", reconoció ésta. "¿Te habrá divertido leer El dinosaurio?", siguió indagando la contertulia, a lo que la ministra aclaró: "Precisamente lo estoy leyendo ahora. Empecé el fin de semana pero con tanto ajetreo, voy por la mitad"."
Muy buena la anécdota. Y bastante probable, que es lo peor. Debió de pensar que, al haber un dinosaurio por medio, se trataría de una obra de al menos 600 páginas.
"Pero como decía el Eclesiastés refiriéndose a la Tierra, generación va y generación viene: mas el cuento siempre permanece."
"En un momento de optimismo manifesté hace algunos años, en ocasión parecida a ésta, que mi ideal último como escritor consistía en ocupar algún día en el futuro media página en el libro de lectura de una escuela primaria de mi país. Acaso esto sea el máximo de inmortalidad a que pueda aspirar un escritor. Estoy seguro de que haber sido merecedor de este Premio Príncipe de Asturias de las Letras, contribuirá en gran medida a que aquel deseo, más vanidoso de lo que parece, se convierta en realidad."
No sé, pero yo creo que Monterroso, en el discurso, se burla del premio en cierto grado. ¿Una forma de hostilidad?. Algo es algo.
Probablemente sea el discurso más soportable, por lo cachondo, que se haya leído jamás en estos premios de la monarquía; quizás hasta abiertamente ridiculizador del egregio momento para tantos señores y señoras importantísimos allí reunidos.
"Pero es mi deber señalar una vez más que a lo largo de los siglos no ha sido sólo plátano lo que producimos.... a Rafael Landívar, autor de la Rusticatio mexicana, el mejor poema neolatino del siglo XVIII; a José Batres Montúfar, cuentista satírico en verso, cuyas octavas reales vienen en línea directa de Ariosto y de Casti y cierran brillantemente la narrativa mundial en esta estrofa; y, por último, para no acercarme peligrosamente a nuestro tiempo, a Rubén Darío, renovador del lenguaje poético en español como no lo había habido desde los tiempos de Góngora y Garcilaso de la Vega."
Premios al margen (no estoy seguro, pero creo que no le dieron el Cervantes), Monterroso me parece un escritor admirable. Un irónico melancólico, o viceversa.
Una pista
ResponderEliminar¿corre como un gamo?
.
¡Ja, je, ji, jo, ju! ¿Éste no es el hombre que tiene por oficio abrir las sepulturas y sepultar a los muertos? ¿No es éste el peón que, después de haber recibido el toro la estocada, da vueltas a su alrededor y, haciéndole moverse a capotazos, acelera su muerte? ¿No es su nombre común el de varios insectos coleópteros que hacen la puesta sobre los cadáveres de animales, enterrándolos para que sus larvas encuentren el alimento necesario para su desarrollo? Pues eso. ¡Ja, je, ji, jo, ju!
ResponderEliminarHa salido más guapo Marsé, que en la realidad.
ResponderEliminarNo van los tiros por Marsé...
ResponderEliminarTantas "Lápidas" y tanta "Edad", le dejaron solo.
ResponderEliminarPero sus nietos aún siguen comiendo de la "Descripción de la mentira".
La verdad es que el parecido es asombroso.
ResponderEliminarMe parecen muy acertadas algunas cosas que has dicho sobre Gamoneda, que se pone cargante como pocos, tuvo cosas buenas, pero últimamente se pasa unos cuantos pueblos y, claro, va sumando. Su poesía se va volviendo cada vez más gruesa, casi pesada como un enorme fardo. Lo mas crítico y mejor argumentado que ha leído contra el hace años fue en el la revista Istmo, por jacker Lortel, otro en el desparecido Diario de Andalucía por Luis Spencer y, si no recuerdo mal, también López Vega le dejo algún recadito, bueno.. tomémoslo con un buen sentido del humor, sin acritud.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
¡Qué asunto más cansino y aburrido!
ResponderEliminarEl sueño de la obsesión produce monsters.
Felipe, independientemente de lo de este poeta...¿qué te parecen los premios Cervantes?, ¿y los Príncipe de Asturias?.
ResponderEliminar¿No son simplemente un baño de cultura para la monarquía, especialmente el segundo?
¿No son superfluos, evidentes, simples operaciones donde es el premio el que se suele beneficiar de la fama o la calidad del personaje, y no al revés?.
Es como si a estos personajes ya famosos se les pagara para que se dejaran pasear al lado de los monarcas.
a Manuel G.
ResponderEliminarLos premios tienen la importancia que uno quiera darles, aunque es más sensato no darles demasiada.
En cuanto a los premios que conceden las instituciones públicas, el debate se complica un poco: ¿tiene derecho y legitimidad el Estado para implicarse en la jerarquización natural de la literatura?
Y la cosa se complica aún más si el ministro de cultura es además poeta, claro está, y no de los mejores.
¿Tiene derecho el estado?...El problema es que hay una colaboración necesaria de los autores, que no hacen ascos, sino todo lo contrario. No lo hizo ni Monterroso (aunque asesinó con posterioridad, por medio de una anécdota, a la ministra que le dió el Cervantes).
ResponderEliminarY respecto a muchos premios pasteleros, que no cumplen con sus propias bases para la elección...¿no son realmente un fraude, y por tanto un delito real?
No conozco esa anécdota a la que te refieres, con ministra por medio. ¿Cómo es?
ResponderEliminarLa ministra le dijo que estaba leyendo "El dinosaurio" e iba por la mitad.
ResponderEliminarPero hay versiones:
http://usuarios.lycos.es/ferrandiz/ar030211.htm
"La ministra necesitó más tiempo, a juzgar por la versión de Luis María Anson, testigo de una tertulia de sobremesa tras acabar la entrega de los premios. "Y a ti ¿qué te ha gustado de Monterroso? ¿O qué te ha disgustado?", preguntó una de las contertulias a la ministra. "Pues todo, me gusta todo en general; es un gran escritor", reconoció ésta. "¿Te habrá divertido leer El dinosaurio?", siguió indagando la contertulia, a lo que la ministra aclaró: "Precisamente lo estoy leyendo ahora. Empecé el fin de semana pero con tanto ajetreo, voy por la mitad"."
Muy buena la anécdota. Y bastante probable, que es lo peor.
ResponderEliminarDebió de pensar que, al haber un dinosaurio por medio, se trataría de una obra de al menos 600 páginas.
http://fundacionprincipedeasturias.org/premios/2000/augusto-monterroso/speech/
ResponderEliminar"Pero como decía el Eclesiastés refiriéndose a la Tierra, generación va y generación viene: mas el cuento siempre permanece."
"En un momento de optimismo manifesté hace algunos años, en ocasión parecida a ésta, que mi ideal último como escritor consistía en ocupar algún día en el futuro media página en el libro de lectura de una escuela primaria de mi país. Acaso esto sea el máximo de inmortalidad a que pueda aspirar un escritor. Estoy seguro de que haber sido merecedor de este Premio Príncipe de Asturias de las Letras, contribuirá en gran medida a que aquel deseo, más vanidoso de lo que parece, se convierta en realidad."
No sé, pero yo creo que Monterroso, en el discurso, se burla del premio en cierto grado. ¿Una forma de hostilidad?. Algo es algo.
ResponderEliminarProbablemente sea el discurso más soportable, por lo cachondo, que se haya leído jamás en estos premios de la monarquía; quizás hasta abiertamente ridiculizador del egregio momento para tantos señores y señoras importantísimos allí reunidos.
"Pero es mi deber señalar una vez más que a lo largo de los siglos no ha sido sólo plátano lo que producimos.... a Rafael Landívar, autor de la Rusticatio mexicana, el mejor poema neolatino del siglo XVIII; a José Batres Montúfar, cuentista satírico en verso, cuyas octavas reales vienen en línea directa de Ariosto y de Casti y cierran brillantemente la narrativa mundial en esta estrofa; y, por último, para no acercarme peligrosamente a nuestro tiempo, a Rubén Darío, renovador del lenguaje poético en español como no lo había habido desde los tiempos de Góngora y Garcilaso de la Vega."
a Manuel G.
ResponderEliminarPremios al margen (no estoy seguro, pero creo que no le dieron el Cervantes), Monterroso me parece un escritor admirable. Un irónico melancólico, o viceversa.