(Publicado ayer en prensa)
En nuestros días, hay pocas
emociones tan intensas como la de intentar resolver un trámite administrativo
por vía telemática.
Por no se sabe
qué motivo, nuestros gobernantes suponen que quien más y quien menos es un
experto informático y un habilidoso internauta, tal vez porque las historias de
ciencia-ficción daban por hecho que, a estas alturas del siglo XXI, nos
moveríamos por nuestras ciudades y pueblos en aeronaves aerodinámicas y
llevaríamos trajes anatómicos de tejido plateado. No hace falta decir que esas
predicciones no se han cumplido, al menos en el momento en que escribo estas
líneas, pero parece ser que la obligación del manejo popular de Internet viene
a servir de consuelo para esa decepción.
Entra
uno en la página de algún organismo público y de inmediato empieza la aventura,
muy parecida a la de adentrarse en una pirámide maldita repleta de trampas, de
pasadizos engañosos que no llevan a ninguna parte, de laberintos que te
devuelven al punto de partida y de cámaras herméticas en la que no sabes cómo
has entrado ni cómo salir.
Para empezar,
lo difícil es empezar: encontrar el apartado que buscas, que es algo que puedes
lograr de tres maneras: 1) por intuición, 2) por azar y 3) mediante el método
de hacer clic en todas las casillas hasta que des con la tuya.
Lo frecuente
es que, durante el proceso, acabe uno maldiciendo al organismo en cuestión como
ente abstracto y a los programadores como entes anónimos, aunque algo más
concretos que el organismo en sí. (Algo es algo). Se imagina uno a esos
programadores en el instante de colocar sus trampas. Por ejemplo: “Una vez que
el usuario haya rellenado sus datos, pon una casilla en la que se le pida si se
acoge al protocolo XBY o al DXL”, le indica el programador jefe a su ayudante,
que le pregunta: "¿Y qué es eso?”. El jefe le responde: “Nada, pero así le
creas la angustia de la indecisión”. Como no hace falta decir, tanto si eliges
la casilla del protocolo XBY como la del DXL, te saldrá una ventana emergente para
advertirte de que se ha producido un error de reconocimiento del requisito 135,
de modo que tendrás que volver a la página de inicio, donde teclearás tus datos
de nuevo, pues ese retroceso los habrá borrado. ¿Y? Pues lo lógico: una vez
cumplimentados tus datos por segunda vez, de nuevo te dará error en lo del 135.
Pinchas en AYUDA para enterarte de qué es con exactitud el requisito 135, y
allí te lo explican amablemente: “Para verificar sus datos, adjunte archivo de
identificación 156 en formato VTV o JXLI”, así que vuelves a pinchar en AYUDA
para consultar en qué se diferencian esos formatos: “Seleccione interfaz de
procesamiento correlativo en función de su IPTR. No válido en PC2W”.
De manera que
te vas a la cocina, coges una cacerola, te la colocas bocabajo entre las piernas
y te pones a aporrearla como si fuese un tantán, aullando para ahuyentar a los demonios
telemáticos que se te han colado en la casa.
Nostálgico, en
fin, de la vida salvaje, en la que la firma digital consistía en dejar la
huella de tu mano en el muro de la cueva.
.
Trámites para la deshumanización, pasa también en los bancos . Ser nostálgico de la vida salvaje es reconocer el paraíso perdido , no creo fuese una vida salvaje sino una época dorada de la humanidad , donde la felicidad , la probidad y la conexión con la naturaleza era una realidad , los primitivos eran personas de gran corazón y más inteligentes que nosotros , construyeron grandes obras que no están al alcance de nuestros cerebros ni de nuestra maquinaria robótica.
ResponderEliminarLos escritores de ciencia ficción predijeron la pandemia y de los peligros de sacar el átomo de la caja de Pandora, una guerra nuclear apocalíptica es muy viable , cierto que disuade que 11 países tengan armamento nuclear pero Ucrania es el corazón de Europa y los ucranianos poseen un patriotismo y valentía desconocido para los europeos, comparable al patriotismo hindú que tiene a China en permanente jaque .
Antiguamente cuando alguien entraba en una cárcel se le hacía una ficha , para ello untaban la yema de los dedos en tinta y se plasmaba la huella en cinco cuadrículas sobre papel, a este desempeño se le llamaba "tocar el piano " supongo se están perdiendo expresiones creativas para innovar con galimatías algotitmicas
Lo más humano es lo menos malo , pero tenemos que pensar por nosotros mismos ,a la verdad le cuesta mucho hacerse camino , y paradójicamente la verdad no tiene que ser un pensamiento mayoritario sino un pensamiento innovador y sobre todo artístico.
¡Enhorabuena! Una entrada muy buena, que no he conseguido leer en prensa por no estar dado de alta. Dotada de un humor excelente, con ese despliegue de iniciales incomprensibles, supongo que inventadas por ti porque las desconozco absolutamente. Cualquier día, si no te importa, hago un extracto para publicar en mi blog, indicando procedencia, naturalmente.
ResponderEliminarYo traté el tema hace un par de días, pero sin un ápice de la gracia que le echas.
https://granuribe50.blogspot.com/2022/02/de-diputados-de-bancos-y-de-la.html
Muchas gracias
Un saludo