Al igual que todos los años, unos actores profesionales contratados por
el Ministerio de Hacienda interpretan el papel de agraciados por la
lotería, con un guión invariable: pagar la hipoteca, hacer un viaje,
ayudar a los hijos, tapar agujeros...
Según parece, cobran un plus por movilidad forzosa y otro por la ducha de cava.
Cuando gobierne Podemos, demostrarán con documentos del CNI lo que ya es un secreto a voces: que la lotería es un fraude estatal y que los bombos están trucados para que los 3 primeros premios les toquen a los actores profesionales, que por supuesto no pueden cobrar los décimos premiados. Si alguno se va de la lengua y revela el montaje, lo eliminan -y de ahí los crímenes sin móvil aparente de los que nos enteramos de vez en cuando por la prensa.
Esto es así: el espíritu jubiloso y azaroso de la navidad.
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Y además con preocupante reiteración sincopada, por ciertos estribillos y consignas cancioneriles, todos los años por las mismas fechas, con anunciaciones de buenas nuevas, deseos de prosperidad y otras alharacas superfluas vistas desde la cuesta de enero.
ResponderEliminarEstamos alcanzando unas cuotas de surrealismo que casi hasta el final creí que contaba la verdad, yo no descarto nada, piensa mal y acertarás.
ResponderEliminarRecuerdo de pequeña cuando mi madre ponía el árbol de navidad y lo único que me asombraba era como colgaba un muñeco muy pequeño (papá noel) del árbol.
ResponderEliminarTodo parecía tan bonito y todo era tan falso... tanta simulación, tanto teatro, tanta vida...