El director de Canal Sur y subdirector
general de la Radio
y Televisión Andaluza (en adelante la
RTVA) resulta que gana más que la presidenta de la Junta de Andalucía, y me
parece bien: ¿cómo va a costar lo mismo gobernar una autonomía que gestionar
una radiotelevisión autonómica? No hay color. Al fin y al cabo, los directivos
de la RTVA no
tienen que enfrentarse a la resolución de problemas irresolubles, como por
ejemplo el del paro, sino a tareas que requieren una sensibilidad muy
agudizada: ofrecer concursos de coplas, estrenar películas de hace unos 30 años
y, sobre todo, buscar acomodo en la parrilla al ubicuo presentador y humorista
conocido como Juan y Medio, ya que la
RTVA no es mucho más que un monográfico dedicado a su
persona, sobrada de gracejo y de versatilidad: lo mismo anda emparejando a
ancianos románticos que armonizando los chistes de unos niños redichos y dicharacheros,
embriones de futuros andaluces graciosísimos.
El
director de Canal Sur y subdirector de la RTVA, que gana casi 79.000 euros anuales, se ha
puesto dickensiano: “Andalucía estaría huérfana sin Canal Sur”. Como David
Copperfield. Andalucía huérfana y él en el paro, y no sabe uno si sería más
intolerable lo uno o lo otro, siendo ambas cosas intolerables de por sí.
El
Consejo de Gobierno de la Junta
de Andalucía fijó un tope para las retribuciones del personal de las empresas
públicas, pero no hay que alarmarse: ese tipo de cosas se fijan por el gusto de
fijarlas, no para aplicarlas. Por inercia normativa, digamos. El jerarca
andaluz de la comunicación lo ha dejado bien claro ante los parlamentarios igualmente
andaluces: “Se trata de una empresa pública y, como tal, se rige por unos
criterios distintos a los de las administraciones públicas”. Así se habla. Le
ha faltado decir que las empresas públicas son un asunto privado y que de
ninguna manera pueden permitir la intromisión de las normas públicas en su
funcionamiento, y menos aún si se trata de un particular tan delicado como lo
es el de los sueldos de su cúpula. Corto se ha quedado el directivo, que en una
vida laboral anterior a esta se dedicaba a la información deportiva en el ente
que ahora dirige. Corto se ha quedado, ya digo: podría haber mandado a la
presidenta de la Junta
de Andalucía a barrerle el despacho.
La
gente hace cola en los comedores sociales. Los parados se cuentan por millones.
Los desahucios, por centenares de miles. Se recorta todo lo recortable y lo que
no. Según un estudio de ayer mismo, más del 40% de los andaluces vive en el
círculo de la pobreza. Pero ahí está el tío, defendiendo su sueldo, cuyo
cuestionamiento se permite interpretar como “demagogia”, y tiene toda la razón,
ya que la demagogia bien entendida empieza por los demás.
A ver si
aprendemos, en fin, de este revolucionario insobornable. De este Robin Hood de
sí mismo. Y olé.
.
La realidad es que si no tuviera unos mínimos índices al final su cierre se produciría. Como no son tontos y saben que el mayor grueso de votantes proviene de los grandes fans de Juan y Medio, procuran mantenerlos contentos con tamaña programación. Ahí están los datos del 2012, los mayores de 45 años suponen más del 70 por ciento de su audiencia. Y seguramente en el último año este porcentaje habrá aumentado.
ResponderEliminarUn saludo, Felipe.
¡¡Dios!!
ResponderEliminar¡Yo acabo de cumplir cuarenta y cinco!
Me veo el año que viene genéticamente abocado a ver ese programa. ¡Adíos, muchachos!
Por desgracia, no es un caso extraño ni aislado, sino uno más de la innumerable caterva de (me ahorro el calificativo, pero poned uno muy despectivo) que viven del cuento por aquí.
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