Hola Felipe, Te lo dice uno que no es muy amante de los microrrelatos, me has dejado impresionado. Tienes toda mi admiración. Por cierto hoy me he comprado el libro que prologas de Christina Stead y de aquí un rato lo voy a empezar... Saludos
Pues al pie de la ventana de mi cuarto pasan todos los días al menos tres o cuatro. Y de las que de verdad hacen enloquecer con su cantos. Así que aquí sigo, atado al mástil, intentando distraer mi aciago destino con otras navegaciones.
Con ver una yo me conformaria
ResponderEliminarUn abrazo
Se nota que el hombre tenia buen corazón, una sirena no se aparece a alguien que no tenga la Compasión como gran virtud. Manuel , saludos
ResponderEliminarLos hay con mala suerte Felipe, pero como ese cntramirante pocos, ¿eh? Un abrazo
ResponderEliminarPrimitiv o
Hola Felipe,
ResponderEliminarTe lo dice uno que no es muy amante de los microrrelatos, me has dejado impresionado. Tienes toda mi admiración.
Por cierto hoy me he comprado el libro que prologas de Christina Stead y de aquí un rato lo voy a empezar...
Saludos
Gracias por los comentarios.
ResponderEliminarEspero que te guste la novela de C. Stead, Ferrán. Ya contarás. A mí me pareció espléndida.
Tampoco hay que ser tan modesto, un millar de borracheras tampoco está nada mal, por tan sólo siete mares
ResponderEliminarUno de la Judería
Pues si uno no las ve, se las inventa. Cítese aquí a Benedetti.
ResponderEliminarPues al pie de la ventana de mi cuarto pasan todos los días al menos tres o cuatro. Y de las que de verdad hacen enloquecer con su cantos. Así que aquí sigo, atado al mástil, intentando distraer mi aciago destino con otras navegaciones.
ResponderEliminarFred Urbán