Como era de esperar, el asunto Benedetti-Gamoneda ha tenido ecos. Y todos los ecos son confusos por definición.
Confusiones aparte, lo más raro de todo -al menos para mí- es que haya gente que se extasíe ante la poesía de Gamoneda. Qué suerte, en fin, tener esa capacidad de éxtasis fácil, porque es una manera envidiable de disfrutar de las minucias que ofrece el mundo.
Abro al azar (y, cuando digo azar, es de veras azar) un libro de Gamoneda y leo el siguiente poema:
Tengo frío bajo un arco que separa la existencia y la luz,
que separa cuanto he olvidado
y la última luz.
Y me pregunto, ¿por qué no de esta otra manera?:
Tengo calor sobre un arco que une la existencia y el frío,
que une cuanto recuerdo
y la primera luz.
O incluso de esta otra:
Tengo calor sobre un arco que une la existencia y el frío,
que une cuanto recuerdo
y la primera luz.
O incluso de esta otra:
Tengo una luz bajo el arco que separa la existencia y el frío,
que olvida cuanto he separado
y la primera luz.
O incluso de esta otra:
Tengo luz bajo un arco que olvida la existencia y el frío,
que separa la última luz
y cuanto he recordado.
¿Varían en algo? No estoy seguro. Todos son gamonedas. Es la ventaja –supongo- de las logorreas solemnes, la virtud de las formulaciones verbalistas: que dicen lo mismo de una manera o de otra, al derecho, al revés o de lado. Y ese es –me parece- el problema. O al menos uno de ellos.
que olvida cuanto he separado
y la primera luz.
O incluso de esta otra:
Tengo luz bajo un arco que olvida la existencia y el frío,
que separa la última luz
y cuanto he recordado.
¿Varían en algo? No estoy seguro. Todos son gamonedas. Es la ventaja –supongo- de las logorreas solemnes, la virtud de las formulaciones verbalistas: que dicen lo mismo de una manera o de otra, al derecho, al revés o de lado. Y ese es –me parece- el problema. O al menos uno de ellos.
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P.D. Comprendo que el recurso es fácil, pero al menos no se trata de unas variaciones "cómicas" al estilo de Llopis, por ejemplo. Cualquier poema es vulnerable a la parodia. Lo malo es cuando admite una parodia seria, me parece.
.
¿Dicen lo mismo de todas las formas o no dicen nada en ningún caso?
ResponderEliminarNo estoy seguro, pero mi sospecha más razonable es que ninguno dice nada.
ResponderEliminarYa me parecía a mí...
ResponderEliminarCuando la poesía no transmite emoción, no conecta con el lector(por muy motivado o preparado que esté)de nada vale vestirla con extraños ropajes.El enigma y el misterio no siempre quieren decir , a veces son sólo un juego de palabras.
ResponderEliminarYa sospechaba uno que Gamoneda escribía siempre la misma gamonada.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl asunto me parece sencillo: un poema inane es un mal poema, aunque no sea del todo un mal poema.
ResponderEliminarY no sé si me explico...
¿Cuántos poemas como ese de Gamoneda pueden escribirse al día, incluso en el caso de que uno tenga un horario laboral de 8 horas y un poco de dolor de cabeza?
ResponderEliminarMe lo pregunto, hago el cálculo y me sale una suma considerable.
Soy uno que disfruta de "las minucias que ofrece el mundo". Sí, me gusta Gamoneda y no lo oculto. No todo en él es "verborrea" ni "Arden las pérdidas", ejemplo:
ResponderEliminarPAISAJE
Vi
montes sin una flor, lápidas rojas,
pueblos
vacíos
y la sombra que baja. Pero hierve
la luz en los espinos. No comprendo. Sólo
veo belleza.
Desconfío.
"Blues castellano"
Esta polémica parece más personal que otra cosa, aunque le da vidilla al ambiente poético hispano.
Saludos.
Quizás Gamoneda quiso decir:
ResponderEliminarHe olvidado que tengo frío.
La luz bajo el almendro me ha llamado
a una nueva vida
y separa lo que dejé con miedo
de la última luz.
O algo así.
El principal defecto de Gamoneda no está tanto en que los lectores no entendamos la mayor parte de su poesía como en que escribe, precisamente, para que no se le entienda. Ahí está el misterio.
ResponderEliminarTampoco logro entender -por no hacer mudanza en mi costumbre- la necesidad que tiene últimamente de convertirse en la viva imagen del juicio final (él lo hubiera escrito con mayúsculas) respecto a "otros" poetas muertos, aunque no en vida, que entre otras cosas ya no pueden defenderse. Pues eso.
De todas formas, no creo que el asunto se reduzca a "entender" o no un poema. Hay ocasiones en que no hace falta entender un poema para que provoque algún tipo de efecto estético o emocional, o lo que sea.
ResponderEliminarEl problema es cuando no hay nada que entender.
Alguien un día me dijo que los poemas que no nos apetece releer no son buenos poemas, puede que incluso no sean poemas. No sé si está en lo cierto, pero yo no he podido olvidarlo. Y algo así me pasa con Gamoneda, que "casi" nunca (por ser un tanto generoso) vuelvo a sus poemas.
ResponderEliminarOpino lo mismo que Alejandro.
ResponderEliminarVengo del blog de Baltanás y me he quedado atónito. Revisaré mis versos, no sea que esté gamonedeando.
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