De 
repente, la atmósfera se vuelve grávida y tersa, se hace espesa la luz y
 a la vez más diáfana, el pensamiento se nos nubla y parece afilarse 
como un cuchillo, con ganas de herir. 
"Viene levante". 
 
Llegan bandadas de insectos, se cuelan en las casas. Libélulas y diablillos verdosos, con sus élitros como de cristal resquebrajado.
 
Los perros ladran sin porqué…
 
Y el viento de levante rompe al fin, suntuoso y demente, doblegando los árboles, dando vuelo a las arenas, batiendo puertas y ventanas, y el mundo parece entonces un espejismo oscilante, un lugar medianamente maldito.
Llegan bandadas de insectos, se cuelan en las casas. Libélulas y diablillos verdosos, con sus élitros como de cristal resquebrajado.
Los perros ladran sin porqué…
Y el viento de levante rompe al fin, suntuoso y demente, doblegando los árboles, dando vuelo a las arenas, batiendo puertas y ventanas, y el mundo parece entonces un espejismo oscilante, un lugar medianamente maldito.
La gente camina cabizbaja, con 
porte sombrío de conspiradores, con mirada huidiza. En el cielo, las 
gaviotas planean igual que cometas, inmóviles casi, momificadas en el 
vacío. La playa es un remolino de oro. Apestan los husillos, porque este
 viento remueve incluso los submundos. 
 
Pasa por la realidad, en fin, el dios pagano, el dios invisible y loco, y todo tiembla.
Pasa por la realidad, en fin, el dios pagano, el dios invisible y loco, y todo tiembla.
Con otros elementos, el levante es un incendio... a mí me lo parece.
ResponderEliminarUno de la Judería
Me gusta Andalucía pero no soporto ese calor , si pudiera sí me gustaría vivir allí los tres primeros meses del año . El remedio es fácil : vacaciones en Cantabria o Asturias , si van con niños mejor Cantabria .
ResponderEliminar