lunes, 30 de marzo de 2015

LOS HUESOS



Todo suele ser cuestión de tenacidad. Si nuestro país, por la razón que sea, necesitaba los restos de Cervantes, podíamos dar por hecho que los huesos de Cervantes acabarían apareciendo, ya que en España hemos perdido muchos vestigios históricos, pero huesos poquísimos: tenemos las cunetas sembrados de ellos, hasta el punto de que si los huesos arborecieran, nuestros campos se convertirían en bosques frondosos del árbol del hueso. En el proceso de búsqueda, hemos padecido incertidumbres e incluso desánimos, hallazgos de resultado decepcionante, pero, al final, ahí los tenemos. Los huesos. Los de Cervantes, que han sido tan trabajosos de hallar como lo serían no ya los de Alonso Fernández de Avellaneda, sino incluso los de Amadís de Gaula.

            Ha sido un triunfo indiscutible para los investigadores encargados de la búsqueda y un triunfo colateral para los políticos que se la encomendaron, ya que los políticos suelen ser triunfalistas por naturaleza y no pierden la ocasión de triunfar, así sea mediante osamenta ajena. Se espera, además, que, una vez depositados los restos en un túmulo adecuado, el asunto ascienda a triunfo turístico, pues parece natural que el convento madrileño de las descalzas se convierta en destino de peregrinación de los millones de cervantistas que se diseminan por el mundo, al igual que la momia de Lenin lo ha sido para los leninistas de todo el orbe. 

Ahora bien, si en el Vaticano se conserva un estornudo embotellado del Espíritu Santo, lo bueno sería que nuestros investigadores, para competir en prodigios, descubrieran el esqueleto del gigante Caraculiambro, señor de la isla Malindrania, a quien venció en disputa singular el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha. Pero, comoquiera que vienen elecciones, a nadie le cabe duda de que todo se andará.

            Los huesos venerables de Cervantes van a ser pocos, por andar muy desperdigados, según parece, aunque suficientes para los fines turísticos que han motivado en buena parte su búsqueda, y contamos además con el consuelo de que si bien los británicos han tenido siempre localizado el esqueleto completo de Shakespeare, nosotros sabemos más de la vida de Cervantes que ellos de la de su genio nacional, de quien no obstante se escriben biografías que, a lo largo de 800 o 900 páginas, nos informan minuciosamente de todo cuanto se ignora sobre él.

            En el plano de la sugerencia, tal vez podría encargarse a un equipo de científicos el desvelamiento de la fórmula del bálsamo de Fierabrás, que, una vez homologado por el Ministerio de Sanidad como apto para el consumo de quienes no hayan sido recibidos en la orden de la caballería andante, no sólo tendría una buena salida entre los turistas de pies cansados que visiten la futura cripta, sino que además resolvería la papeleta presupuestaria al citado ministerio, por servir esa poción para dolencias muy diversas.

            Aparte de eso, el ayuntamiento de Arganda del Rey, por boca de su concejal de cultura, reclama para esa villa el ser la cuna verdadera de Cervantes. De modo que el entretenimiento, como quien dice, no ha hecho más que empezar.

.

martes, 24 de marzo de 2015

SUELTOS

No sé por qué, pero, cada vez que un político español cita a Churchill, suena más bien a frase de los Monty Python.


Lo más curioso de los análisis postelectorales es que se rigen por el principio de que todos los votantes son politólogos profesionales, cada cual con su estrategia macrosociológica perfectamente calculada.


Los dirigentes de UPyD que pretenden que Rosa Díez renuncie como lideresa del partido lo llevan claro: es como pretender que Evita Perón hubiese renunciado al peronismo o que Homer Simpson abdique de su homerismo.


En atención a los factores psicológicos que suele haber detrás de ella, "silicona" tal vez debería escribirse "psilicona".

.

domingo, 22 de marzo de 2015

FISIOLOGÍA E HISTORIA

Un profesor me cuenta la salida -de emergencia- de un alumno suyo en un examen de historia: "En la guerra también estaba la Laringe Española de la JON. Los laringistas estaban con los franquistas y eran la cabeza del turco".

miércoles, 18 de marzo de 2015

SUELTOS

El hecho de que un país alimente la esperanza de que los políticos pueden arreglar el país suele ser el síntoma más claro de que ese país no tiene arreglo.

A cuenta del asunto de las donaciones ilegales, Hacienda equipara al PP con Cáritas.
El siguiente paso puede ser que equipare a Bárcenas con la madre Teresa de Calculta.

La cronología impone su lógica peculiar: fue más fácil encontrar los restos del hombre de Orce que los de Cervantes.

Que yo sepa, nadie ha contemplado la posibilidad de que los huesos de Cervantes estén enterrados en la casa de Avellaneda.

lunes, 9 de marzo de 2015

USTEDES SÍ QUE...



Ustedes han entendido a la perfección el mecanismo de la vida. Ustedes sí que saben. Ustedes deben de tener una cualidad esotérica o nigromántica, porque de otro modo no se explica uno lo que saben ustedes. 

Nosotros, si somos abogados de profesión, pongamos por caso, y nos empeñamos –por la razón que sea- en ejercer de médicos, no nos queda otra que matricularnos en una facultad de medicina y pasarnos varios años estudiando los huesos, los tendones, la vesícula y ese tipo de cosas, y luego hacer el MIR, y opositar, y hartarnos de hacer guardias a cambio de un sueldo de subvicesecretario de un vicesecretario de los del gremio de ustedes, y aun eso con la suerte de cara. Ustedes, en cambio, si están un día de jerifaltes en una Consejería de Justicia, al día siguiente pueden aterrizar en calidad de director general o de algo parecido en la Consejería de Sanidad, y sin más trámite que un decreto. De la noche a la mañana, con una velocidad de transformación que para sí quisiera el Hombre Lobo. Porque ustedes sí que saben. Un día aquí y otro allí. Portátiles. Siempre disponibles. Amoldados por ciencia infusa a la materia que requiera su sabiduría gestora, igualmente infusa.

Si nosotros somos albañiles en paro y convidamos en el bar a un contratista de obras con la esperanza de que ese gesto de magnanimidad y simpatía nos allane el camino hacia un empleo temporal, no se nos ocurre incluir la factura del botellín en nuestra declaración de la renta como un gasto de representación desgravable, ya que los inspectores de hacienda se nos echarían encima y sería menor el ahorro potencial de dinero que la pérdida de tiempo y la ganancia de angustia que nos traería consigo una inspección fiscal. Ustedes, en cambio, que son los que saben, han inventado el concepto metafísico de “comida de trabajo”, con cargo invariable a las arcas de su majestad, asumiendo con valentía el riesgo de un corte de digestión, ya que mal suele conciliarse el trabajo estomacal con el trabajo propiamente dicho. Pero ustedes son los que saben. 

Si nosotros faltamos un día al trabajo, lío. Si faltan ustedes, viva España. Si ustedes necesitan más coches oficiales, nosotros pagamos con gusto la subida del precio del bonobús, porque los que saben son ustedes y no nosotros, que no sabemos ni la mitad de lo que saben ustedes. Si nuestras pensiones se estancan, ustedes se apresuran a buscar la manera de que les paguemos entre todos sus planes de pensiones, que, lejos de estancarse, fluyen con la alegría de los ríos que mueven oro. Si ustedes tienen que viajar de aquí para allá para arreglarnos a los demás el destino, lo normal es que lo hagan en clase preferente, no ya porque sean ustedes quienes de verdad saben lo que hay que saber, sino porque resultaría raro que, pagando el viaje entre tantísima gente, la cosa sólo diera para un billete en clase turista. Y etcétera. 

Porque ustedes sí que saben.

.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Mañana, jueves 5, a las 6,30 de la tarde, estaré dando el sermón de la montaña en el salón de actos de la UNED en La Coruña, dentro del ciclo "La creación literaria y sus autores". Por si alguien...


lunes, 2 de marzo de 2015

GENTE EXTRAÑA



La realidad resulta problemática por definición, a pesar de que lo más problemático tal vez consista en definirla, pues es posible que no haya otro concepto más sometido a la libre interpretación de cada cual. Sea como sea, la realidad, aparte de por definición, resulta especialmente problemática si confiamos su rumbo a quienes tienen menos sentido de la realidad colectiva que un pez de colores criado en una pecera.

Quién pudiera no tener que decirlo, y menos aún en una alegre mañana de sábado de carnaval, pero el caso es que hemos puesto nuestra realidad común en manos de gente muy extraña. Gente que está convencida de que tiene que trasladarse en coche oficial incluso cuando asiste a una rueda de prensa para presentar el proyecto del carril bici como alternativa a los atascos y a las emisiones contaminantes. Gente que cree que hay que comer en restaurantes escogidos -con cargo al resto de la gente- para mantener reuniones de trabajo encaminadas a que el resto de la gente tenga algo que comer, así sea tras hacer cola en un comedor benéfico, ya que al fin y al cabo los políticos han conseguido en cuestiones gastronómicas la cuadratura del circulo: que los restaurantes de varios tenedores se conviertan para ellos en comedores de beneficencia, por aquello de salirles gratis, cuyos menús vienen a ser el equivalente –aunque en versión algo mejorada- del bocadillo del obrero. Gente extraña que necesita una secretaria hiperactiva, un vicesecretario diligente, un subdelegado de confianza en el que subdelegar, un chófer a jornada completa, un jefe de protocolo, un jefe de prensa y unos asesores que a su vez necesitan una secretaria, un vicesecretario, tal vez un chófer, tal vez unos asesores especializados en asesorar a los asesores, para que el asesoramiento resulte lo más asesorado posible. 

Gente extrañísima que entiende que un sueldo no es más que un trámite necesario para la consecución de un sobresueldo. Gente extraña que legisla urbi et orbi el delito fiscal y que, de puertas para adentro, aplica a las leyes que promulga un método aproximadamente homeopático: manejar dineros delincuentes y elaborar contabilidades propias de estraperlistas, cabe suponer que para que quede claro que la ley es igual para todo el mundo, excepción hecha de los valedores oficiales de la ley, que demasiado tienen ya con inventarse las leyes como para tener también que cumplirlas a rajatabla. Gente culpable que resulta inmune al reconocimiento de su culpabilidad, ya sea con argumentos sofísticos o sencillamente de patio de colegio: “Yo no he sido”. Gente extraña que promete en falso desde la convicción de que lo importante no es cumplir las promesas, sino formularlas con alegría y contundencia retórica. Gente que sabe que la corrupción puede convertirse en un aval de cara al electorado. 

Gente.

.